Una obra de Carlos Enríquez evoca el pasado del Pueblo Pasto

El artista Carlos Enríquez en su taller en la ciudad de San Gabriel, en Carchi, plasma la génesis de este grupo étnico. Foto: Álvaro Pineda / PARA EL COMERCIO

El artista Carlos Enríquez en su taller en la ciudad de San Gabriel, en Carchi, plasma la génesis de este grupo étnico. Foto: Álvaro Pineda / PARA EL COMERCIO

El artista Carlos Enríquez en su taller en la ciudad de San Gabriel, en Carchi, plasma la génesis de este grupo étnico. Foto: Álvaro Pineda / PARA EL COMERCIO

En su taller instalado en un espacio de su casa, situada en el sector de Indugel, en San Gabriel (Carchi), el artista Carlos Enríquez desarrolla su nueva obra: Pasto, La Gran Nación.

Esta serie, que se formará con un total de 100 cuadros, está inspirada desde los orígenes de los pastos hasta la llegada de los Incas a la región norandina.

Le motivan los usos, costumbres y el arte de alfarería y orfebrería de este pueblo ancestral, cuyo territorio se extendía entre el norte de Ecuador y sur de Colombia . “En el arte, los pastos fueron únicos y diferentes a otros pueblos”.

Enríquez es un artista autodidacta. Lleva 50 de sus 72 años dedicado de lleno a la pintura. Abandonó los estudios que cursaba en la Facultad de Filosofía y Letras tras la clausura de la Universidad Central del Ecuador, en 1971.

Considera al pintor clásico Ángel María Pozo, ya fallecido, como su maestro espiritual porque se inspiró en su obra.

La mayoría de sus creaciones las aborda en series. Siempre le ha gustado plasmar varias obras con un mismo tema.

La idea de pincelar esta serie étnica surgió cuando hizo dos murales en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo del Carchi, hace tres décadas.

Una de esas obras tiene el título de América Maíz, que abarca un área de 80 m2, del Teatro Luis Freire del Castillo.

Ese mural le marcó. Ha realizado varias pinturas con temática Pasto. Sin embargo, la actual serie surge, asegura, luego de una larga investigación.

En su estilo pictórico predominan tonos verdes y azules. El color natural de la tierra es influyente, comenta.

En la primera obra, que lleva como título la Flor Cósmica ha nacido, ya manifiesta cuatro esquinas del Sol Pasto.

Este icono también será plasmado en una parte de esta serie y llevará como título Pasto, la más solar de las culturas.

En títulos como la Pachamama, en cambio, proyecta la evolución de la vida. Resalta la figura de una mujer que con su aliento da existencia al maíz.

Aunque no tiene fecha límite para terminar toda la serie, ahora pinta hasta fines de semana para concluirla lo más pronto posible.

Gustavo Perea, amigo del artista, aspira que este trabajo tenga apoyo y que sea un aporte a la cultura.

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