La Ñusta debe cumplir un rol acorde a su cultura

En San Juan, provincia de Chimborazo, se realizó una investidura de ñustas. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

Las cuatro ñustas que se designan en las comunidades indígenas de Chimborazo representan a los cuatro elementos sagrados de la cosmovisión andina. No solo son representantes de belleza sino que tienen una conexión especial con la tierra, el viento, el fuego y el agua.
Las ñustas se escogen entre las mujeres solteras mayores de 15 años de cada comunidad. Según los yachaks, a esta edad las chicas empiezan descubrir sus talentos en la convivencia con la Pachamama.
“A los 15 años las mujeres florecen. Están cargadas de energía y representan la fertilidad y la vida. Tienen la responsabilidad de aprovechar esta energía y guiar a la comunidad”, dice José Parco, director de la Unidad Intercultural del Municipio de Riobamba.
El fin de semana pasado se designaron a cuatro jóvenes de San Juan, como las ñustas de Inti, Yaku, Wayra y Allpa. Lady Ochoa, Tania Espinoza, Lizeth Paca y Gabriela Chagñay fueron escogidas para ostentar estos títulos por su dominio del kichwa, la originalidad de sus atuendos autóctonos y sus proyectos para liderar a los jóvenes del pueblo Puruhá.
“Tengo una visión clara sobre la responsabilidad que implica este título. La prioridad es visibilizarnos como pueblo indígena y trabajar por conservar nuestra cultura y las practicas que nos identifican como indígenas puruhaes”, dice Lady Ochoa, inti nusta (Reina del Sol).
Ella recibió una faja kawiña, una bayeta sujeta con un tupu (prendedor) y un sombrero de lana de borrego. Este atuendo vestirá en las celebraciones especiales, como en el Inti Raymi, cuando la Ñusta del Sol tiene más participación. De hecho, la elección de las ñustas de San Juan fue uno de los eventos en el marco de los festejos del Inti Raymi, por el sol y la cosecha de los granos secos.
Esta actividad fue promovida por el Municipio de Riobamba y la Unión de Comunidades de San Juan. “Este tipo de elecciones se estaban perdiendo. En muchos pueblos se habían confundido con elecciones de reinas de belleza, pero este es un ritual sagrado, muy diferente a la tradición occidental”, explica Parco.
La Yachak Valeriana Anaguarqui, quien presidió la ceremonia de investidura de las nuevas ñustas, concuerda con ese criterio. Ella explica que a diferencia de los certámenes de belleza las ñustas no son seleccionadas por su apariencia física, sino por su espíritu.
“Ellas son líderes en sus comunidades. Deben guiar a los jóvenes y velar por la preservación de nuestras prácticas ancestrales. Además, deben ser un ejemplo para la gente de sus comunidades.
No las deben confundir con reinas de belleza porque su papel es más especial”, dice Anaguarqui. En la antigüedad, antes de la invasión inca, las ñustas eran elegidas únicamente por la conexión que demostraban tener con los cuatro elementos sagrados que demostraban tener desde su infancia.
Las mujeres elegidas eran preparadas espiritualmente por los yachaks de cada pueblo y su responsabilidad era interactuar con los cuatro elementos, para así poder predecir el tiempo de lluvias para que crezcan los cultivos o pedir los favores de la tierra.
“Estamos preocupados por la tergiversación con que se mira en la actualidad a las ñustas, hay certámenes donde pretenden elegirlas basándose en parámetros iguales a los de los reinados mestizados como la estatura y el modelaje”, dice Anaguarqui.
Por eso, en los planes de rescate cultural del Cabildo, está la difusión de estas figuras ancestrales. La idea es que otras parroquias puedan replicar el ejemplo de San Juan y seleccionen a sus ñustas con un ritual y siguiendo el consejo de los más ancianos.
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