Sobrevolar montañas u obtener fotografías no son las únicas opciones que ofrecen los drones. Ahora pueden dotar de conectividad wi-fi a zonas afectadas por catástrofes naturales.
Un equipo de investigadores de la Universidad de North
Texas (UNT) ha desarrollado una nave no tripulada capaz de extender la señal de internet a través de antenas wi-fi a una distancia de hasta 5 km.
Para proveer de este servicio, la antena instalada en el dron va girando de forma automática hasta alinearse con la zona donde tiene que extender la señal. Esta acción permite conseguir un enlace de comunicaciones más fuerte y fiable.
Este es uno de los proyectos a escala mundial que se han ejecutado durante este año con el objetivo de llevar Internet a los lugares de difícil acceso.
SpaceX, empresa estadounidense de transporte aeroespacial, también quiere incursionar en esta área. Durante este mes anunció su nuevo desafío en el espacio: el desarrollo de microsatélites capaces de entregar Internet en cada vez más lugares del mundo. De acuerdo con un reporte del medio The Wall Street Journal, se especuló que las máquinas tendrían un peso de al menos 113 kg y que podrían costar, en total, cerca de USD 1 000 millones.
Un informe publicado por la Unión de Telecomunicaciones, una agencia técnica de Naciones Unidas, que hace el seguimiento de cómo evoluciona la sociedad de la información, establece que 4 300 millones de personas en el mundo no utilizan Internet.
Para Camilo Sotomayor, ingeniero en telecomunicaciones, a pesar de que las empresas han invertido en proyectos tecnológicos para mejorar la navegación de los usuarios en la web, todavía no se han tomado medidas estatales para que las personas que viven en lugares remotos puedan acceder.
Las últimas evaluaciones realizadas por la Unión de Telecomunicaciones indican que 450 millones de personas viven simplemente en lugares que están fuera de cobertura del servicio de telefonía móvil. Lo que dificultad su acceso a la Web.
Precisamente, en el 2013, Google presentó una nueva iniciativa para suministrar Internet a las zonas más remotas del mundo. Se trata del Proyecto Loon, que tiene planificado utilizar globos aerostáticos para expandir el servicio.
A mediados de este mes, la empresa difundió detalles de la situación actual del proyecto mediante su cuenta en Google+. Señalando que los globos utilizados han recorrido 3 millones de kilómetros a través de la estratósfera, lo que equivale a 75 vueltas alrededor de la Tierra y cuatro viajes a la Luna.
Google indica que dos tercios de la población mundial no cuentan con acceso a Internet, es por eso que buscan crear una red de globos aerostáticos, a base de energía solar, que viajen por la frontera espacial para proveer este servicio a las zonas rurales.
Sin embargo, uno de los mayores retos para el Proyecto Loon es el poder maniobrar los globos y dirigirlos a las zonas indicadas. Para esto, el equipo de Google ha computarizado miles de simulaciones de trayectorias, las cuales han acercado mucho los dispositivos a sus objetivos.
En Ecuador, también se desarrollan estas iniciativas. Desde el 2009 se impulsa el Proyecto Plataforma de Gran Altitud (PGA), un trabajo pionero en la labor aeroespacial del país que ofrece vigilancia, monitoreo y servicios de telecomunicaciones como Internet para diversos sectores rurales.
Eduardo Ávalos, profesor investigador de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), explica que los usos que se pueden dar a este proyecto son diversos y quedan abiertos a la imaginación de los usuarios.
En el caso del globo estático se colocará una antena de reflexión y mandar señal por medio de un sistema de procesamiento. “Esta iniciativa tecnológica todavía no se ejecuta, ya que requiere de bastante inversión”, comenta Dávalos.
La EPN colaboró con la planificación de la comunicación y sistema de energía para los globos ya que se pretende que vayan a lugares remotos.
Otra propuesta la desarrolla Facebook. El portal tecnológico Recode reportó que esta empresa está apostando de lleno a la construcción de drones que permitan “llevar Internet”
a todas partes.