La parroquia de Nono está en el noroccidente de Quito en un valle ubicado en las laderas del volcán Pichincha. Foto: David Landeta/EL COMERCIO
Nono es un poblado escondido en la ladera del volcán Pichincha. Para llegar ahí se debe conducir por una vía sinuosa que parte desde Cotocollao – barrio ubicado en el noroccidente de Quito -. Es un paraíso para el turismo ecológico aunque también se puede hacer deportes de aventura o turismo cultural.
La vía que conecta Quito con esta parroquia asciende por una de los costados del volcán Pichincha. Después de 18 kilómetros que toma alrededor de 35 minutos recorrerlos en automóvil usted podrá divisar el valle en el que está Nono.
Al pisar este lugar se puede sentir como si se hubiera hecho un viaje al pasado. Las calles silenciosas, las viejas casas de gruesas paredes de adobe y los ancianos, con abrigados sacos de lana y desteñidos sombreros, sentados en la plaza central hacen que los visitantes se olviden del ruido de Quito y sientan como si el tiempo no pasara o lo hiciera muy lento.
Pero en esta población la tranquilidad no es la única alternativa los turistas tienen una enorme gama de alternativas. Pueden optar por el turismo ecológico, la pesca deportiva, o los deportes de aventura, sobre todo el ciclismo. Nono conjuga la adrenalina con el silencio y la paz.
La Cascada de Guagrapamba
A cinco minutos de Nono se encuentra la Cascada de Guagrapamba, una enorme caída de agua que desciende desde el Volcán Pichincha (4794 msnm). Aunque el clima en la zona es muy frío los viajeros pueden optar por tomar un baño relajante en la cascada.
El ingreso a este lugar tiene un valor de USD 2 gracias al cual los visitantes pueden acceder a algunos servicios especiales como: parqueadero, zona de camping, baños y vestidores y está abierto de 08:00 a 16:00.
Para llegar al cañón en el que está la cascada se debe caminar por 30 minutos en un sendero que los propietarios del lugar han denominado ‘Sendero del Relax’. Los árboles forman túneles con sus ramas de las que cuelgan flores de todos los colores mientras diferentes especies de pájaros vuelan alrededor.
Tras una caminata que no exige mucho esfuerzo pero si toma tiempo. Los visitantes llegarán a la cascada, una caída de agua de 5 metros que descienden desde el Volcán Pichincha. Para los días calurosos la mejor opción es tomar un baño en la cascada, aunque también se puede comer algo en la zona destinada para acampar o preparar asados.
Junto al parqueadero hay un letrero que dice “Búhos”. Ahí en una cueva vive una familia de esta especie de aves rapaces nocturnas. Aunque por el color de sus plumas se confunden con la vegetación, si usted presta la suficiente atención podrá ver estos animales volando o parados junto a la entrada de su residencia protegiéndola de cualquier intruso.
Beatriz Salas es una de las propietarias del lugar y recibe a los turistas mientras mueve una enorme olla colocada sobre un fogón de leña. En este recipiente mezcla una preparación espesa con un fuerte olor a condimentos: es caldo de gallina. Precisamente esta sopa es una de las preparaciones tradicionales de Nono junto a otras como: choclos y habas con queso, plátano asado y también fritada.
Para los ciclistas
Para los turistas que llegan hacia Nono sobre sus bicicletas la mejor opción es tomar la ruta que va desde Nono hacia Alaspungo esta vía fue pensada para ciclistas y está señalizada para que el paseo sea seguro. Este recorrido parte desde el parque central de la parroquia y tras una travesía de 13 kilómetros es posible llegar a Alaspungo.
Aunque en los meses de verano existe gran cantidad de polvo en esta ruta, los paisajes verdes que se conjugan con el celeste del cielo hacen que cualquier sacrificio valga la pena. El nivel de exigencia física para los deportistas es medio por esta razón los ciclistas pueden disfrutar de la vista mientras pedalean.
La vía se comparte con autos, aunque el tráfico en la zona es escaso, una buena recomendación es siempre conducir por la derecha y llevar casco. También es muy importante que los ciclistas lleven ropa abrigada ya que el clima en este poblado oscila entre 8 y 20 grados centígrados.
La virgen de Alambi
El turismo religioso también se puede practicar en Nono. Los habitantes de este poblado son devotos de la Virgen de Alambi que se encuentra junto a la vía que va hacia Alambi al frente de un enorme barranco.
La leyenda sobre esta virgen cuenta que apareció pintada en una piedra en 1964, fue la propia madre de Jesús quien señaló el lugar en el que ahora está la imagen. En la actualidad ha sido retocada y se construyó una gruta para que los visitantes puedan acceder a ella con facilidad.
Precisamente, en el mes de agosto Nono está de fiesta en honor de la Virgen de Alambi. Las actividades son muy variadas pero la más concurrida es la procesión que sale desde el centro de Nono y llega hasta la gruta.
La reina de la parroquia da la bienvenida a los visitantes y se enciende la fiesta es en el Estadio de Nono. Este escenario deportivo ha sido adecuado con una colorida tarima y un graderío de madera para recibir a los grupos musicales y el festival de toros de pueblo. Entre canelazos y cervezas los habitantes del poblado disfrutan del espectáculo junto a los visitantes.
A las diez de la noche una mezcla de explosiones, silbidos y luces de todos los colores que vuelan por los cielos anuncian que se ha encendido el castillo. Estos artefactos, que son una torre de juegos pirotécnicos, encienden la noche en Nono mientras el animador grita “que viva Nono” y los asistentes responden eufóricos “que viva”.
Guía
¿Cómo llegar?
Nono está a 18 kilómetros de Quito los buses hacia esta población salen desde el terminal de la Ofelia diariamente desde las 5:00. Los días lunes, miércoles, viernes y sábado se puede tomar este transporte en el Parque de Cotocollao.
¿Cuánto llevar?
El precio del bus hacia esta población es de USD 1. Un platillo como el caldo de gallina, por ejemplo, cuesta alrededor de USD 3, dependiendo del restaurante.
¿Qué comer?
En Nono existen restaurantes de comida típica, pero también se puede escoger entre empanadas o parrilladas ya que hay dos restaurantes de asados argentinos en la zona.