Los estudiantes utilizan métodos ancestrales e hilos de borrego para los tejidos. Foto: cortesía MG
Coloridas blusas bordadas, fajas, shygras y bisutería andina se manufacturan en tres escuelas de Guamote. Los artesanos son 150 niños de entre ocho y 11 años, quienes estudian en tres centros educativos del proyecto Fe y Alegría.
Ellos buscan recuperar los saberes de sus padres y volver a lucir la vestimenta tradicional de la cultura Puruhá. Además, muestran sus creaciones en ferias artesanales y, a futuro, esperan convertirlos en el producto estrella de sus emprendimientos familiares.
“Necesitamos fortalecer la identidad cultural y recuperar los saberes que se están perdiendo en sectores vulnerables como Guamote. Eso nos motivó a proponer el proyecto”, cuenta Wilmer Asa, director regional de Fe y Alegría.
Los niños, quienes provienen de varias comunidades indígenas de Guamote, estudian los tejidos en el tiempo asignado en la malla curricular para los proyectos de emprendimiento. Sus maestros son dos artesanos locales, uno de ellos se especializa en bordados y otro, en tejidos.
Los maestros no solo les enseñan cómo anudar los hilos hasta convertirlos en tejidos resistentes, sino que también les hablan de los colores, los simbolismos de las figuras para la cosmovisión andina y los usos de esos accesorios.
“Este proyecto es interesante porque no solo se enfoca en la recuperación de los saberes y la identidad, sino que se combina con conocimientos de historia y emprendimiento”, explica Cristina Escala, vocera de grupo de Tiendas Industriales Asociadas (Tía S.A.).
Artesanos de las comunidades de Guamote enseñan a los niños sobre los tejidos. Foto: cortesía MG
Esa empresa privada financia la totalidad del proyecto. Ellos costean los materiales para los tejidos y los salarios de los capacitadores.
Además, ayudan en la búsqueda de espacios para la comercialización de las artesanías de los niños.
“La idea es que en algún momento estos conocimientos que ellos adquieren sean herramientas que les permitan sustentarse como familias y mejorar su condición económica”, explica Escala.
El proyecto se inició en el 2018 y se cumple por segundo año consecutivo en las tres escuelas de Chimborazo. Sin embargo, la idea es ampliarlo a las comunidades y replicarlo en otras provincias del país.
Según Escala, como empresa están interesados en fortalecer la identidad cultural del país, por lo que no descartan iniciar próximamente proyectos similares en otras provincias con tradiciones artesanales.
Un propósito adicional del proyecto es promover la unión familiar. Los padres de los niños y sus docentes también reciben las capacitaciones. Ellos se congregan cada sábado en los centros educativos para aprender sobre los tejidos y elaborar sus propios accesorios y prendas de vestir.
“Es increíble cómo los niños han podido acercarse a sus padres a través del tejido. Además, están adquiriendo herramientas para convertirlas en emprendimientos”, afirma Manuel Puculpala, vicealcalde de Guamote.
El Municipio, así como otras entidades públicas, también colaboran con el proyecto al invitar a los niños a exponer sus productos en las ferias.