Los niños recuperan los cultivos andinos

En los huertos escolares se busca priorizar el desarrollo de cultivos ancestrales. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO

En los huertos escolares se busca priorizar el desarrollo de cultivos ancestrales. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO

En los huertos escolares se busca priorizar el desarrollo de cultivos ancestrales. Foto: Francisco Espinoza para EL COMERCIO

La jícama, oca, mashua, amaranto, zanahoria blanca y camote son alimentos que están en peligro de desaparecer.

Joselyn Liquinchano es una de los 73 estudiantes del Centro Educativo Comunitario Intercultural Bilingüe (Cecib) Provincia de El Oro, que busca recuperar estos cultivos. Es por eso, que con sus manos retira la maleza de un sembrío de camote que crece en el huerto de este plantel, ubicado en la comunidad kichwa El Morlán, en Cotacachi, Imbabura.

La profesora Blanca Grijalva, con la ayuda de los educandos, implementó el sembrío como parte de un proyecto para recuperar los cultivos ancestrales. Liquinchano, al igual que una docena de compañeros, no solo realizó mingas para adecentar la granja. Ellas también tuvieron la iniciativa de traer de su casa las semillas.

Se trata de productos variados que antiguamente se cultivaban en las comunas, explica Grijalva, maestra con 21 años de experiencia.
El Cecib Provincia de El Oro es uno de los 12 planteles que participaron en la elaboración de una guía de soberanía alimentaria y conservación de la agrobiodiversidad, dirigida a instituciones de educación básica del cantón Cotacachi.

La idea es que a través de la agricultura tradicional se puedan mantener estos cultivos originarios, explica Pablo Sáenz, facilitador del plan. La propuesta tiene el apoyo de la Unión de Organizaciones Campesinas de Cotacachi (Unorcac) y del Distrito de Educación de Cotacachi.

Según Jorge Moreno, presidente de la Asociación de Educadores Ambientales (Aseac) de esta jurisdicción, un problema es que los productos tradicionales no son comerciales. Por ello, la mayoría de campesinos le apuesta a otros cultivos que tienen interés en el mercado, aunque no tienen altos valores nutritivos.

Los 15 socios de la Aseac documentaron el novedoso proyecto escolar. Con ello se trata de superar un problema que afecta a los estudiantes de la zona rural: la desnutrición.

Según el Plan de Desarrollo y Ordenamiento Territorial de Cotacachi (2025-2030), hay un incremento en casos de desnutrición en niños menores de cinco años. Entre el 2013 y 2014 hubo un aumento de 117 casos.

Para Sáenz, este tipo de proyectos escolares no solo tienen un enfoque intercultural, también contribuyen a mejorar la salud, la nutrición y el ambiente.

El siguiente paso es que los docentes y alumnos de los demás planteles de Cotacachi mantengan, de forma permanente, el cultivo de productos nativos saludables.

Este proyecto también ha permitido recuperar recetas alimenticias que corren el riesgo de desaparecer. Una de ellas es la tradicional colada de mashua. Este tubérculo, de sabor dulce, se saboreó durante una de las ferias de la Unorcac que se realizó en el sector la semana pasada.

Intercultural

En Cotacachi (Imbabura) se desarrolla el proyecto de soberanía alimentaria y conservación de la agrobiodiversidad. La idea es rescatar los cultivos nativos.

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