Niños de Ambato conocen sobre la tradicional fiesta del Kapak Raymi

María Basante, maestra del Quinto C, fue una de las guías de la fiesta del florecimiento. Foto: Modesto Moreta / EL COMERCIO

María Basante, maestra del Quinto C, fue una de las guías de la fiesta del florecimiento. Foto: Modesto Moreta / EL COMERCIO

Los niños de los quintos grados de la Unidad Francisco Flor fueron parte de la fiesta. Fotos: Modesto Moreta / El Comercio

Con música, danza y la representación de un ritual, los estudiantes de la Unidad Educativa Francisco Flor, en Ambato, desarrollaron la celebración del Kapak Raymi o fiesta de la masculinidad.

Los niños de los quintos años de básica representaron con sus vestimentas a los cuatro pueblos indígenas de Tungurahua Salasaka, Chibuleo, Quisapincha y Tomabela.

Los varones vistieron ponchos negros, rojos, azules, pantalones y sombreros blancos. Las mujeres lucieron el colorido de las blusas blancas adornadas con bordados, el anaco negro y las bayetas. Así representaron este festejo indígena.

Un grupo de maestras de la institución educativa encabezó el ritual del Kapak Raymi que las comunidades indígenas festejan del 19 al 21 de diciembre. Viviana Ramos, maestro del Séptimo B, cuenta que esta fiesta es importante para los pueblos andinos, porque en las comunidades los padres transmiten a los infantes los conocimientos ancestrales sobre el cuidado del cultivo que está en pleno crecimiento. “Es una celebración ancestral que estamos recreando para que los chicos conozcan las tradiciones que aún se mantiene en los pueblos indígenas”.

Afirma que el Kapak Raymi es una celebración de agradecimiento a la Pachamama (Madre Tierra). En esta época las plantas del maíz, la cebada, el trigo y demás cultivos que sembraron los agricultores en septiembre están en pleno crecimiento.

El viernes pasado, María Basante, Gisela Lara y Viviana Ramos dibujaron en el centro de la cancha la Cruz Andina con pétalos de flores, granos y frutas. Ahí agradeció al Taita Inti (padre sol) y a la Madre Tierra como parte del ritual, mientras cuatro niños flameaban la bandera de Pachakutik.

María Basante, maestra del Quinto C, fue una de las guías de la fiesta del florecimiento. Foto: Modesto Moreta / EL COMERCIO

Los 37 alumnos del Quinto Grado “D” representaron al pueblo Salasaka. Ellos se vistieron con los trajes típicos de esta comunidad: anaco negro, una blusa blanca con bordados a mano donde destacan la naturaleza, los animales, la flor de papa y el pavo real. Además, la bayeta de colores verde y lila que visten las mujeres.

El hombre lleva puesto un pantalón y sombrero blanco de ala corta, pantalón negro y camisa blanca. Ellos bailaron en su danza la tradicional melodía ‘Taita Salasaka’. En el centro de la cancha se ubicaron e hicieron el rito con el fuego.

Rafael Chiliquinga, estudioso de la cultura Salasaka, dice que desde el 2014 propuso a nivel del Distrito de Educación la realización de las cuatro fiestas andinas en todos los centros educativos, tanto bilingües como hispanos.

Según él, la discusión en esa ocasión fue sobre por qué solo los pueblos indígenas debíamos celebrar esta fiesta cuando la Constitución habla de un Estado Intercultural. “Elaboramos un borrador de las 4 fiestas de acuerdo con el calendario lunar y en el 2016 se implementó en el país la celebración de las fiestas andinas”.

Chiliquinga dice que algunas unidades educativas de Ambato han acogido y celebran la fiesta del Kapak Raymi.

Explica que en esta fecha los niños y adolescentes son guiados y orientados por los sabios o Apus para se conviertan en artesanos, músicos, líderes…

Comenta que el Kapak Raymi es una de las cuatro fiestas principales que celebran cada año las comunidades indígenas. Para efectuar el ritual se representa a la Cruz Andina con flores, frutas y granos.

En las comunidades indígenas los taitas y mamas entregaron las herramientas a los niños. “Esto se practicaba hace más de 600 años; con la conquista se cambió y distorsionó este festejo y ahora se celebra la Navidad. Estamos recuperando estos saberes, especialmente en los niños de la ciudad. La idea es que conozcan y así evitar la discriminación”.

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