El ‘Niño Viajero’ convoca a los devotos a la pasada en Cuenca

Autoridades de la Policía Nacional y del Ejército son responsables de custodiar la imagen tallada en madera en 1823. Foto: Lineida Castillo / El Comercio

Autoridades de la Policía Nacional y del Ejército son responsables de custodiar la imagen tallada en madera en 1823. Foto: Lineida Castillo / El Comercio

Autoridades de la Policía Nacional y del Ejército son responsables de custodiar la imagen tallada en madera en 1823. Foto: Lineida Castillo / El Comercio

Este 24 de diciembre, la capital azuaya vivirá una de las tradiciones más ricas y diversas de la cultura ecuatoriana: el pase del Niño Viajero, muestra del sincretismo cultural y religioso de los pueblos. El pasado viernes fue el pregón.

Ese desfile partió a las 10:00 desde el Monasterio del Carmen de La Asunción, dueños de la imagen. Lo abrieron danzantes de la familia Vanegas, con atuendos de cholas cuencanas, cayambes, otavalos y saraguros. La reina de Cuenca, Cristina Ortega, y la de los barrios, Tamara Castro, vistieron elegantes polleras.

Más atrás iban las bandas de pueblo y niños de cinco centros educativos, que vestían trajes de los personajes bíblicos del nacimiento de Jesús, como José, María, ángeles, pastores, reyes magos y la estrella.

La imagen del Niño Viajero -vestido con un traje rojo con pedrería y una aureola dorada- sobresalió en un improvisado altar que se levantó sobre la plataforma de un camión. La procesión recorrió varias calles del Centro Histórico para retornar a la misma iglesia, donde el arzobispo de Cuenca, Marcos Pérez, celebró una misa campal.

Con este pregón se iniciaron las pasadas individuales de las instituciones públicas y privadas, y los actos previos al gran pase del Niño Viajero. Por ejemplo, ese mismo viernes, a las 19:00, empezó la novena en el templo Mariano, que concluirá el sábado 22 con un nacimiento viviente y obra teatral.

Antes de eso, a las 18:00 habrá la eucaristía para la bendición de los 10 000 litros de chicha de jora en la casa de la familia Pulla, priostes y cultores de esta tradición, que empezó en 1961, cuando un sacerdote llevó la imagen tallada en madera y la recostó en varios santuarios de Tierra Santa, entre ellos en Belén, según los registros históricos.

A su regreso, Rosa Pulla (fallecida) emocionada habría exclamado: “Ya llegó el Niñito Viajero”, y de allí la pasada tomó este nombre. Esta familia prepara y reparte chicha, panes y fundas de caramelos entre los participantes.

El domingo 23, a las 19:00, se cumplirá otra ceremonia especial en la Catedral de la Inmaculada Concepción: el traspaso como padrinos del Niño Viajero de manos de las autoridades del Ejército a las de la Policía Nacional y presentarán el traje que vestirá en la pasada, confeccionado por las madres del claustro del Carmen.

Ese día también quedará listo el altar mayor, afuera de la iglesia de San Sebastián, donde permanecerá la imagen religiosa durante las siete horas que dura el paso de los carros alegóricos con los personajes bíblicos, danzas folclóricas, coros de villancicos, bandas de pueblo y devotos en general.

Según Telmo Tello -del grupo Hermano Miguel, una de las entidades que coordina el evento-, más de 1 500 vehículos se transformarán en carros alegóricos adornados con caramelos, frutas, bebidas, granos, chanchos y cuyes asados.

La Arquidiócesis de Cuenca calcula que participarán más de 60 000 devotos desde las 07:30 -inicio de la eucaristía en el templo del Carmen- hasta las 17:00 -cuando la imagen cierra el desfile-.

La Universidad Católica de Cuenca abrirá la pasada con 15 plataformas que recrearán los misterios del Nacimiento de Jesús y costumbres y tradiciones de las etnias del Ecuador. Por ejemplo, la Reina de Cuenca y la de los barrios representarán a los mayorales o antiguos hacendados cañaris.

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