El fenómeno El Niño y el cambio climático están relacionados. Ambos están sujetos a procesos océano-atmosféricos que implican el alza en la temperatura superficial del mar en el Pacífico. En Oceanía y Australia, en cambio, provoca un fuerte déficit de lluvias. Así, lo señala el Proyecto Regional Andino de Adaptación al Cambio Climático (PRAA), publicado en enero.
El biólogo ecuatoriano Miguel Armijos indica que la relación entre estos fenómenos es relevante porque puede acelerar la extinción de varios animales que ya están amenazados. Tal es el caso del canguro, un marsupial que ahora ya peligra por los incendios forestales que destruyen su hábitat. También el oso polar que podría desaparecer en 50 años, según uno de los escenarios que plantea el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés). El incremento de la temperatura amenaza su entorno de subsistencia.
Armijos agrega que en enero del 2014, la revista estadounidense Science publicó otro estudio en el que se demostró que la cálida agua del océano está derritiendo la capa de hielo en el Ártico. Se derrite a un promedio de un 9% cada 10 años.
De acuerdo con estos cálculos, la región ártica podría perder su masa de hielo en verano a mediados de este siglo. Los osos polares dependen enteramente de la existencia del mar congelado. Estos animales utilizan el hielo como plataformas flotantes desde la cual cazan focas. En la actualidad existen entre 20 000 y 25 000 individuos en el mundo.
Otros mamíferos afectados para la organización ambiental y ecologista Greenpace, son las ballenas. Los cetáceos huyen de las aguas cálidas.
El Niño provoca cambios en la temperatura de esas aguas, lo cual afecta las cadenas tróficas y la distribución del alimento de los cetáceos, señala Andrés Terán, de Vida Verde, una organización ballenera nacional .
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UINC) elaboró una lista de 10 especies amenazadas por el cambio climático que ahora, con la llegada de El Niño, levanta más alertas. Este fenómeno incluso podría ser más fuerte que el registrado entre 1997 y 1998. Además de las especies polares como focas y pingüinos, en esta lista también constan corales.
En el Ecuador, específicamente en Galápagos, El Niño de 1982 y 1998 provocó la pérdida de enormes poblaciones de especies coralinas. “Es desalentador, pues cuando los corales mueren, ocurre lo mismo con un montón de plantas y animales que dependen de ellos para conseguir alimento o protección, por lo que puede llevar al colapso de ecosistemas enteros”, comentó Terán.
En el caso de los quelonios, principalmente la tortuga de mar (carey), el problema del clima también ocasionaría un desequilibrio en las poblaciones. La temperatura del nido determina el sexo de su descendencia: el frío favorece al nacimiento de varones, y el calor, el de hembras. Además de ello, el aumento en la frecuencia de lluvias provocaría inundaciones en sus nidos.
En contexto
La probabilidad de que El Niño llegue este año crece. En abril, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) proyectó un 50% de posibilidades. Ahora se habla de un 70%. En el país el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi) hace monitoreos.