Vista desde el barrio La Paz
La neblina acompaña las mañanas quiteñas, principalmente en los primeros meses del año. Las casas, edificios y laderas se cubren rápidamente y crean un paisaje diferente.
Muchas veces la bruma dura varias horas, lo que dificulta la visibilidad y la movilidad de autos y personas. Pero conforme avanza la mañana, la niebla abre paso al sol que brilla en su máximo esplendor. Esto hace que el clima de la ciudad sea único e impredecible.
Este ensayo fotográfico fue realizado durante enero, en distintos lugares de Quito, y refleja el encanto de la envolvente niebla matutina.