NASA capta radiografía de volcanes y manglares en Ecuador

Parte de la información recolectada por la nave jet Gulfstream-III 502 (G3) / Uavsar.

Parte de la información recolectada por la nave jet Gulfstream-III 502 (G3) / Uavsar.

Los pilotos que están a cargo de comandar la misión de la agencia estadounidense. Foto: Gabriel Proaño / EL COMERCIO

El pasajero más importante del jet Gulfstream-III 502 (G3) es un radar instalado en su parte inferior.

El Uavsar o Vehículo Aéreo Radar de Apertura Sintética Deshabitada es un sistema que utiliza el Jet Propulsion Laboratory de la NASA (Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos) para estudiar volcanes, vegetación, hidrología, fallas sísmicas y otros fenómenos con un potencial de respuesta ante emergencias.

El pasado miércoles la aeronave hizo una parada junto al aeropuerto José Joaquín de Olmedo de Guayaquil. Por 33 días cumple una misión para analizar volcanes y manglares en Centro y Sudamérica.

Parte de la información recolectada por la nave jet Gulfstream-III 502 (G3) / Uavsar.

Ecuador es parte de su itinerario. La cónsul de Estados Unidos en Guayaquil, Patricia Fietz, dio la bienvenida a los 10 tripulantes. También agradeció al Gobierno por facilitar los permisos para realizar este estudio y anunció que los resultados estarían listos en 60 días. “Sabemos que el análisis de volcanes es muy importante para Ecuador, por los riesgos que se corre en la Sierra”.

Los volcanes de las islas Galápagos, los manglares de la provincia de Esmeraldas y volcanes como Cotopaxi, Tungurahua, Sangay y Reventador ya fueron radiografiados.

Esta es la segunda vez que expertos de la NASA visitan el país con este fin. En 2013, hicieron un sobrevuelo para recopilar una primera parte de la información, que está disponible en el portal uavsar.jpl.nasa.gov.

El vulcanólogo Paul Lundgren explica que ahora verifican si han ocurrido deformaciones de tierra o cambios en la fuente de magma de los volcanes. Un ejemplo es lo que ocurrió en Costa Rica. La misión obtuvo datos antes y después de la erupción del volcán Turrialba, en San José, registrada el 12 de marzo. “A primera vista, la deformación es relativamente pequeña”, explicó Lundgren.

Para obtener la información la señal del radar rebota en el suelo y luego es almacenada en equipos instalados dentro de la cabina del avión. Las imágenes se obtienen píxel por píxel, en alta resolución.

Esos datos son procesados posteriormente por los especialistas. Y sirven para hacer interferogramas, imágenes sobrepuestas para formar mapas que, en una gama de colores, muestran las diversas características o cambios del terreno.

Lundgren recalca que la información está disponible para que los equipos de gestión de riesgo de los países puedan usarla y elaborar planes, en situaciones de crisis. El estudio de los manglares, en cambio, es para su conservación.

El técnico de aviación Carlos Meza explica que el Uavsar fue diseñado originalmente para ser instalado en un avión no tripulado. Pero sus resultados fueron mejores de la mano del jet G3. Aunque dos pilotos dirigen el viaje, el avión tiene un piloto automático de precisión que opera al recorrer la ruta de estudio

El sistema está programado para seguir por un túnel de 10 metros de diámetro, según las coordenadas del primer registro de sobrevuelo de determinada zona. “Si sale de ese rango, habría un error en las imágenes y tendría que repetirse ese tramo”.

El jet G3 vuela a 41 000 pies de altura. Jhon Mc Grath, director de la misión, cuenta que al día realiza recorridos de hasta seis horas y cada año cumple 110 misiones. “Hemos volado alrededor del mundo cerca de 500 horas al año. También sobrevolamos fallas sísmicas, zonas de terremotos, glaciares, derrames de petróleo, sedimentación...”. Luego de Ecuador, la siguiente parada fue Lima, Perú. También visitarán Chile y Argentina antes de ir a casa.

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