Música en kichwa que habla sobre los nativos de la selva

Delegación del grupo Takik Challua Anga Churikuna, que viaja por el país para promocionar la cultura de Archidona. Foto: Edwing Encalada/ EL COMERCIO.

Delegación del grupo Takik Challua Anga Churikuna, que viaja por el país para promocionar la cultura de Archidona. Foto: Edwing Encalada/ EL COMERCIO.

Delegación del grupo Takik Challua Anga Churikuna, que viaja por el país para promocionar la cultura de Archidona. Foto: Edwing Encalada/ EL COMERCIO.

Música en kichwa, que habla sobre la relación del hombre con la selva, es la propuesta que desde hace dos décadas realiza Takik Challua Anga Churikuna. Según Vicente Tunay, quien lidera a la agrupación, su principal misión es difundir las melodías autóctonas y relatar historias en ese idioma.

El nombre de la agrupación es especial, ya que combina dos apodos de los abuelos de los integrantes: Anga, como llamaron a José Tapuy; mientras que Challua fue el sobrenombre de José Tanguil. Anga significa ave grande en kichwa, y challúa es como los nativos nombran a una especie de pez, que vive en los ríos napenses.

“La ancestralidad la llevamos en la interpretación de melodías como el río; el sonido de las piedras, del monte, de las aves, de los animales como la boa,el jaguar o las aves rapaces”, menciona Tunay.

Según Francisco Tapuy, entre las historias que en sus canciones relatan, destaca una en la cual su abuela tarareaba, mientras preparaba a su hija para ser desposada.

“Cuando tocamos esa canción, imaginamos a mi abuelita bailando frente a nosotros, porque su espíritu está presente en esa melodía”, señala.

A los 10 músicos que conforman el grupo les acompañan 15 bailarinas; sin embargo cuando deben promocionar al cantón Archidona en otras provincias, en la furgoneta viajan los músicos y tres bailarinas.

“En nuestras presentaciones buscamos mostrar todo lo que la comunidad de San José de Batancocha, en Archidona, ofrece, como collares, hierba medicinal, adornos, bebidas tradicionales como la wayusa”, explica el integrante.

Entre sus collares, los más llamativos en su oferta son elaborados con semillas de wayruro, semillas de caimito y uñas de osos perezosos.

Cuando no están de viaje promocionando a su cantón, se los puede encontrar en el balneario de Chuya Yaku, en la comunidad de San José de Batancocha, Archidona.

“Chuya Yaku quiere decir en kichwa agua limpia o agua cristalina. En feriados, recibimos con música y danza a los turistas extranjeros”, comenta Francisco Tunay.

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