‘Espectro de una realidad’, de Hellen Constante, ganadora del Salón de Julio 2001. Foto: Mario Faustos / EL COMERCIO
En 60 años de historia del Salón de Julio, el certamen de pintura del Museo Municipal de Guayaquil (MUMG), seis mujeres han ganado el primer premio del galardón de arte más importante de la ciudad.
Fernando Mayorga, coordinador del Museo, apunta que hasta el 2000 solo una mujer ganó el certamen: Mariela García, en 1981. En los últimos 20 años, cinco mujeres se han llevado el primer premio.
La última de las ganadoras fue Diana Gardeneira, quien se alzó en 2019 con el premio dotado de USD 10 000 por una de sus armaduras feministas, con prendas de ropa impresas en lienzo, superpuestas e intervenidas con acrílico. ‘Cojuda, acepta mi halago’ volverá a exhibirse desde el próximo martes 17 de marzo del 2020 en una muestra de la reserva del Museo que repasa el arte premiado por la institución en 20 años -en el Salón y el Festival de Artes al Aire Libre Faal-.
“Con el cambio de siglo comenzamos a ver más mujeres entre las ganadoras del Salón”, dice Mayorga. Hellen Constante ganó en 2001, Gabriela Cherrez en 2007, Mayra Silva en 2010 y Mónica López en 2014. “Sigue siendo poco, pero nos lleva a reflexionar también sobre el nivel de participación del certamen; solo el 14% de los participantes en los últimos 10 años eran mujeres”, dijo.
La exposición ‘La mujer en el arte’ desplegará esculturas y pinturas como ‘Espectro de una realidad’, de la artista guayaquileña Hellen Constante. El díptico de grandísimo formato combina efectos abstractos y realistas, con personajes que evocan preocupaciones sociales. También se exhibirá la premiada ‘Manuelita sin gasofa’ (2010), en tinta y acuarela sobre cartulina de Mayra Silva, polémica porque uno de sus dos paneles había sido expuesto con anterioridad y las reglas exigen piezas inéditas.
Se echará en falta ‘Ardo por un semental que me llene toda’ (2007), de Gabriela Cherrez, en esmalte de uñas sobre baldosas, que cambió las bases del certamen respecto a contenido sexual por la historieta porno plasmada en azulejos.
El Museo se abstuvo al final de incluirla por la falta de dos baldosines rotas que deben ser restauradas. “La sala es pequeña, además, pero está prevista una proyección de obras que no estén físicamente, tanto de concursos municipales como de otras artistas referentes”, indicó Ginger Miranda, coordinadora de guías del MUMG.