Unos siete maniquíes, que reproducen escenas cotidianas de un hogar, adornan la casa de Nelson Villacís Venegas, situada en el sur de Ibarra. El artista que se autodefine como poeta, ensayista, pintor y místico asegura que su esencia es decir lo que otros prefieren callar.
Arter Marter de Nelson Villacís
En sus trabajos, que abordan el erotismo, la ecología y la sociedad, es común ver frases como: ¡Puta madre! Cómo te extraño/a golpe de arena, tierra y árbol/ mientras la luna procede por el cielo rememoro a tu presencia…
Para Villacís, no hay buenas ni malas palabras. “Todas son válidas mientras estén en el diccionario”.
De ripley de Nelson Villacís
Encerrado en su vivienda, por decisión propia, produce un sinnúmero de poemas, cuadros e instalaciones como la de los maniquíes, cuya obra la denomina Casa Adentro. Está última, precisamente, tiene previsto exhibirla en la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en Quito. Es una ciudad a la que visita cada vez que sale para mostrar sus propuestas nuevas.
Un olor a incienso inunda su casa, en la que resaltan varios lienzos también pintados por él. Entre ellos hay un autorretrato, la imagen de Buda y de su perro. La filosofía asiática siempre le ha atraído. Inclusive, posee dos cuencos tibetanos que –asegura– usa para armonizar las energías, cuando trabaja como facilitador holístico, que es su otra pasión.
Estado de coma de Nelson Villacís
El poeta-pintor parece vivir en una encrucijada. “Cuando quiero escribir poesía de pronto aparece el pintor. Cuando quiero pintar aparece el verso”. Así describe su vida este ibarreño de 45 años, mientras toma con dos dedos un tabaco encendido. Absorbe y bota dos bocanadas de humo.
Una de sus últimas “escapadas” la realizó el mes anterior cuando fue invitado a participar en el encuentro de poesía Latitud Cero. Con ocho poemas nuevos, que están publicados en la antología de la cita de escritores, recorrió Quito, Cuenca, Guayaquil y Esmeraldas. Asegura que vino renovado y con más ganas de producir.
Poema efímero de Nelson Villacís
En los últimos años ha sido atrapado por las novedades de la tecnología. Inclusive, tiene dos computadoras: una para los versos y otra para pintar. Ahí da forma a sus escritos y cuadros.
Es gran conversador y le gusta compartir lo que sabe. En su boca nunca faltan anécdotas y reflexiones de filósofos. Inclusive, fundó el Taller de Creación Artística y Literaria Página Zero, que ha formado a varios cuadros nuevos de Imbabura.
Poema sin nombre de Nelson Villacís
Sin embargo, aclara que le gusta respetar la individualidad y creatividad de cada persona. Por eso, fue invitado a dictar charlas por la Casa de la Cultura Ecuatoriana, en Quito.