Sofía Ferrín elaboró su boceto a base de papel reciclado y pigmentos naturales. Se enteró que el concurso fue cancelado cuando fue personalmente al Ministerio de Cultura y Patrimonio. Foto: Jenny Navarro/ EL COMERCIO
En la segunda semana de noviembre del 2014, el Ministerio de Cultura y Patrimonio dio a conocer la convocatoria al concurso regional Mural de Integración Suramericana – Unasur, cuyo objetivo era la elaboración del mural que estaría permanentemente en la Secretaría General de la nueva sede de esta institución.
Casi tres meses después, cuando portales mundiales como universia.net reprodujeron la información, y en la fecha límite de entrega (6 de febrero del 2015) de los bocetos finales, varios artistas se enteraron de que este concurso nunca tuvo efecto ya que no fue lanzado oficialmente, a pesar de que los requisitos sí fueron reproducidos en la página web oficial de esta Cartera de Estado.
Para Sofía Ferrín, la “falta de seriedad” de este concurso es lo que causa mayor disgusto entre varios miembros de la comunidad artística. Al igual que otros creadores suramericanos (la convocatoria era exclusivamente para personas de estos Estados), ella trabajó intensamente los dos últimos meses en la elaboración de este boceto cuyas especificaciones, según constaba en la información publicada por el Ministerio, pero que fue dada de baja de su página web, eran muy claras: “simulación no digital a escala 16 veces más chica que el mural definitivo”.
A su criterio, esto obligaba a los artistas no solo a presentar una imagen dibujada sobre un trozo de papel, sino a elaborar una pieza artística que, de ser la ganadora, sería reproducida en el interior del Salón de Presidentes, en la sede de la Unasur.
Había otro incentivo para participar. Las bases del concurso, que aún pueden ser consultadas en www.universia.net, proponen algo sumamente atractivo para cualquier artista: “Los bocetos admitidos-no ganadores, como los bocetos no admitidos, serán entregados a la Secretaría General de Unasur, para que sean expuestos al público en exposiciones itinerantes”.
Diego Arias, director de artes plásticas del Ministerio de Cultura y Patrimonio, dice que tal concurso nunca tuvo efecto ya que ni la Cancillería ni la Presidencia de la República lo hicieron oficial. De hecho, vía telefónica menciona que “el concurso de mural de Unasur fue cancelado por el Presidente en un Enlace Ciudadano y al día siguiente se tomaron las medidas correspondientes”.
Arias habla del Enlace Ciudadano 401, en el cual el presidente Rafael Correa dijo que: “Ese es el mural Guayasamín que lo pusimos temporalmente porque me decían los técnicos que iba a quedar muy chico. E incluso habíamos hecho un llamado para un concurso suramericano para poner el mural del tamaño adecuado en la pared. Pero ha quedado tan bien, está tan bello ese mural que, Patiño, yo creo que vamos a tener que revisar la decisión. Ese mural está precioso. Se ve extraordinario”.
Andrea Cornejo, otra artista que pretendía entrar al concurso, asegura que nunca hubo un pronunciamiento oficial por parte del Ministerio sobre la cancelación del mismo. Ahora ella se ha quedado con el boceto, en el cual representa a todo color a la mujer suramericana en su estrecha relación con la naturaleza.
Ferrín critica fuertemente el hecho de que se hayan elaborado unas bases tan exigentes, pero que nunca se haya mencionado que todo se trataba de una propuesta de concurso internacional que no contaba con la aprobación de las autoridades.