El centro administrado por la mancomunidad cañari de cuatro municipios es uno de los ejemplos de gestión de desechos en el país. Foto: cortesía Emmaipc-EP
La transición de botaderos a rellenos sanitarios es un objetivo en los países de la región para lograr una gestión adecuada de la basura. Esto también incluye sistemas de reciclaje para evitar que los desechos sigan tomándose más áreas de las ciudades y zonas rurales.
En Ecuador, la eliminación de botaderos todavía es un desafío pendiente. Según datos del Ministerio del Ambiente (MAE), actualmente el 49% de los Municipios (109 Gobiernos Autónomos Descentralizados), que corresponde a 21 provincias del país, dispone de manera inadecuada sus desechos sólidos en botaderos de basura autorizados. El 51% restante (112 GADM), que están dentro de 18 provincias del país, la desecha en sitios considerados lugares adecuados de disposición final, que son rellenos sanitarios y celdas emergentes.
La conversión se ha convertido en un reto en los últimos años. En el 2011, de los 221 municipios existentes en el Ecuador el 80% disponían sus residuos y desechos sólidos en botaderos a cielo abierto. De acuerdo con la normativa ambiental vigente en el marco del Acuerdo Ministerial Nº 052 del 17 de mayo del 2013, los GADM debían cerrar sus botaderos a cielo abierto hasta mayo del 2015.
Actualmente, de los 109 GADM que disponen inadecuadamente sus residuos y desechos sólidos, 73 necesitan implementar sus estudios de cierre técnico, 14 se encuentran en proceso de implementación, 19 deben mejorar su gestión y 3 requieren formular estudios técnicos.
En el último Censo de Información Ambiental Económica en Gobiernos Autónomos Descentralizados 2016 del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) se hace una distinción entre la operatividad e infraestructura de los sitios de disposición final. Por ejemplo, mientras el MAE contabiliza 109 GAD que operan con botaderos, solo 79 informaron tener estas estructuras. Un mayor número que el contabilizado por el MAE declaró contar con rellenos sanitarios y celdas emergentes.
Pietro Graziani, consultor ambiental, explica que es importante la eliminación de botaderos, ya que estos no tienen un sistema de prevención para la contaminación del agua, suelo y aire. El relleno sanitario sí incluye procesos como el tratamiento de lixiviados para reducir los impactos.
Estos rellenos sanitarios tienen un tiempo de duración. Graziani explica que, debido a la geografía del país, es complicado continuar buscando sitios para construir nuevos rellenos una vez que los existentes cumplan su vida útil. Por eso es importante fomentar el reciclaje y nuevos modelos que recurren a la organización en mancomunidades, como el caso de cuatro municipios en Cañar.
Este viernes, a propósito del Día del Ambiente, se declaró a esta provincia del sur del país como “libre de botaderos de basura”. Uno de los principales sistemas es el de la mancomunidad del pueblo Cañari. Ramiro Padilla, gerente de la Empresa Municipal Mancomunada de Aseo Integral del Pueblo Cañari (Emmaipc-EP,) explica que el 2011 decidieron unirse los municipios de Cañar, Suscal, Tambo y Biblián y en el 2014 crearon el centro de gestión, hasta donde llegan 30 toneladas diarias de basura de las cuatro zonas.
El centro ha implementado procesos como tecnología de empacado en seco. Padilla explica que con esto se logra la disminución de lixiviados y metano y es una forma de alargar la vida útil del relleno sanitario, que se prevé es de 20 años. También cuenta con una planta para generar compost y una asociación de recicladores.