Aprovechando que los multiversos están de moda, en EL COMERCIO nos propusimos imaginar cómo sería la Batalla de Pichincha si sus protagonistas hubiesen tenido acceso a redes sociales.
La previa
De entrada, Antonio José de Sucre, que según las malas lenguas era un gran planificador, estaría echando mano del buen Zoom para organizar los detalles de la Batalla del Pichincha. Seguro, entre los convocados de cajón estarían los comandantes José Mires de la división colombiana y Andrés de Santa Cruz, de la división peruana.
A ellos se sumarían los líderes de los seis batallones patriotas: José Leal, José María Córdova, Carlos María Ortega, John Mackintosh, Félix Olazábal y Francisco Villa.Claro, en estas reuniones no se podría apagar la cámara y peor poner de fondo de pantalla la fotografía de la mamacita o la del firulais.
El 2 de mayo de 1822, las tropas al mando de Antonio José de Sucre llegaron hasta Latacunga, allí reorganizó al ejército sumando voluntarios de los pueblos cercanos, mientras esperaba refuerzos, en especial al batallón Alto Magdalena. En los siguientes días el ejército marchó por las laderas del Cotopaxi hasta llegar al valle de Los Chillos. El 18 de mayo fue recibido por Rosa Montúfar en la hacienda Chillo-Compañía y en la noche del 22 de mayo, pernoctó en una hacienda de Chillogallo. En la madrugada del 23 de mayo, el ejército Patriota empezó a ascender por las laderas del volcán Pichincha. Por su parte, el general Melchor Aymerich, líder del ejército realista, alistaba los puntos de resistencia y posiciones de artillería en varios pasos montañosos con dirección a Quito; donde finalmente se atrincheraría sin ningún éxito.
El ascenso
Como los militares eran jóvenes, en su mayoría, y sabían que el ascenso hasta el Pichincha les iba a tomar más de diez horas, todos habrían armado su playlist en Spotify. Entre las canciones infaltables de esas listas seguro se incluirían temas del cancionero nacional como Vasija de barro, Cinco centavitos, Morena la ingratitud y En vida.
Para esos momentos, Sucre sería tendencia mundial en Twitter y Mariana Carcelén, su futura esposa, estaría armado un hilo contando los detalles de la campaña del ejército patriota, que comenzó su etapa final en noviembre de ese lejano 1820.
La ruta que siguió el ejército patriota después de salir de la hacienda de Chillogallo incluyó su paso por lo que hoy es Chillogallo Central, Santa Rosa, Santa Bárbara, Reino de Quito, San Luis de Lloa, comuna Marcopamba-La Raya, La Magdalena Alta, Los Libertadores, Jesús del Gran Poder y Colmena Alta. Se calcula que las tropas hicieron este recorrido de poco más de 13 kilómetros en 11 horas, una travesía que en la actualidad se puede hacer en 4 horas. El que orientó a los soldados por este camino fue el indígena Lucas Tipán de la Cruz. En la vanguardia estaban 200 hombres del batallón Alto Magdalena, seguidos por el ejército principal de Sucre; y en la retaguardia estaban los británicos del batallón Albión, protegiendo el tren de municiones. A pesar del esfuerzo, el avance por las laderas del volcán fue muy lento.
La batalla
Entre las joyas de ese día estarían los mensajes de Whatsapp entre José Mires y Andrés de Santa Cruz, sacando pica por quién de los dos está capturando más soldados realistas. Por su parte, Melchor Aymerich mantendría un acalorado intercambio de mensajes de voz con los reyes de España, mintiendo que todo va según lo planeado. En Instagram, las fotografías de Abdón Calderón, el ‘Niño Héroe’ mostrando sus heridas de guerra con el #LIBERTAD tendrían millones de ‘likes’.
La mañana del 24 de mayo amaneció con los centinelas posicionados cerca de Quito, que avistaron a las tropas patriotas ascendiendo por las laderas del Pichincha. Aymerich, entonces consciente de la intención de Sucre de flanquear por medio del ascenso al volcán, ordenó a su ejército de 1 894 hombres ascender la montaña lo más pronto posible, para enfrentarlos ahí.
En esa batalla pelearon héroes como Abdón Calderón, pero también mujeres, indígenas y negros. Entre los personajes olvidados por la historiografía está el ejército de las Guarichas; mujeres indígenas, mulatas, cholas y negras, que se encargaban de conseguir agua y leña, cocinaban, lavaban, cosían, remendaban, limpiaban fusiles y ayudaban a la vigilancia. Muchas de estas mujeres también hicieron el trabajo de espías, a lo largo de toda la campaña.
Capitulación de quito
Finalmente, la Capitulación de Quito se transmitiría a través de un Facebook Live desde el Panecillo, en donde se atrincheró el ejército realista. Del otro lado, el tatarabuelo de Ibai Llanos estaría en una entrevista lastimera con el rey Fernando VII de España, a través de Twitch.
Según el acta de Capitulación del 25 de mayo de 1822, a las 14:00 de ese día, los españoles arriaron su bandera y entregaron sus armas al ejército de la Gran Colombia, en una ceremonia especial que se realizó en un puente del Panecillo. Esta fortaleza permitía vigilar el norte y el sur, por lo que estaba provista de cañones y otro tipo de armamento.
El 18 de junio de ese año, Simón Bolívar hizo su entrada triunfal a lo que hoy es la Plaza de la Independencia, en el corazón del Centro Histórico. Por esos días también conoció a Manuela Sáenz, quien participó de forma activa en el proceso independentista.
A los pocos días de la batalla, la noticia llegó a Guayaquil, siendo celebrada por los cabildantes y autoridades máximas del Gobierno Provisorio. Esta noticia fue plasmada en el principal y único medio de comunicación oficial, el Patriota de Guayaquil.