Manuela Omari Ima utiliza fibras de palma para la elaboración de las artesanías que vende en la tienda Waponi. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
Un grupo de mujeres waorani obtuvo un espacio para comercializar sus artesanías en Quito. Se trata de la Galería Artesanal Mitad del Mundo, un lugar que reúne a varios artesanos y que promueve el comercio justo.
José Balseca, representante de la galería, cuenta que el objetivo es generar un espacio de comercio para que los productos ecuatorianos se den a conocer entre los turistas.
“Queremos desarrollar la actividad turística y cultural, por eso tenemos diferentes actividades, muestras en vivo del trabajo que se realiza, exhibiciones y otros eventos para que los visitantes conozcan la cultura que los rodea”. El sitio está ubicado en la Juan León Mera y Jorge Washington.
Un ejemplo de ello es la cafetería-tienda Waponi, un local recientemente inaugurado enfocado en la Amazonía. La semana pasada contó con la presencia de Manuela Omari Ima, una mujer waorani que pertenece a la Asociación de Mujeres Waorani de la Amazonía Ecuatoriana. Esta organización ayuda a las mujeres de las comunidades a empoderarse y lograr oportunidades de desarrollo para ellas y sus familias.
Omari vive en una comunidad, que se ubica en la zona más profunda de la provincia de Pastaza. Llegar a Quito a vender sus artesanías no es fácil, por lo que tener un espacio que le permita exhibirlas permanentemente es de gran ayuda. La mujer realizó demostraciones de la elaboración de artesanías típicas con la técnica milenaria de su comunidad.
Contó sobre el proceso de elaboración de las shigras, pulseras, hamacas, vasos, platos decorativos, collares y llaveros, desde la obtención de la fibra de la palma. “Es un material muy duro de trabajar, pero estamos fabricando artesanías con mejor calidad”, aseguró.
Una vez que obtienen los hilos para tejer se los tiñe con productos naturales. Los tintes provienen de plantas y frutos que se encuentran cerca de las comunidades waorani, en la Amazonía ecuatoriana.
Además de la fibra de la palma utilizan otros productos naturales, como semillas, frutos y plantas. “Todo lo que necesitamos está en la naturaleza, por eso nosotros decimos que hay que cuidarla. Nos da la comida, nos da medicina, nos da dónde vivir y nos da para hacer artesanías y tener oportunidades para nuestros hijos”, recalca la artesana, mientras teje hábilmente un collar con semillas de huayruro.
Aunque todavía se utiliza el trueque en sus comunidades, usan el dinero que recaudan con las ventas para temas específicos. “Para la educación de los hijos, para cuando se enferman y hay que ir al doctor”, asegura la mujer.
Con una particular destreza, Omari da forma a un sinnúmero de productos en poco tiempo. Recuerda que estas habilidades las aprendió de su madre y de su abuela, y que también se las enseñó a sus hijas. Ahora su motivación es que sus obras se vendan en varias ciudades del Ecuador.
En Waponi también lograron establecer la marca Waorani. Cada uno de los artículos tiene una etiqueta personalizada, donde se cuenta un poco de la historia del objeto, quién lo realizó y su valor.
También diversificaron su oferta. Recientemente lanzaron Wao, una marca de chocolate negro orgánico que se puede degustar acompañado de sánduches y quimbolitos.