Felipe Jácome tiene 31 años. Su primera muestra individual se exhibió en el 2008, en el Teatro Sucre. Su nueva exposición, ‘Los Reyes del Manglar’, es el resultado de ocho años junto a los niños que recolectan conchas en la Reserva Cayapas Mataje. Foto: EL COMERCIO
El Manglar de la Reserva Cayapas Mataje, ubicado en Esmeraldas, es su reino. En él se internan entre 5 y 6 horas diarias para recolectar conchas, jugar con amigos y explorar este territorio lleno de árboles de raíces gigantescas, conchas, peces sapos y lodo.
Este es el mundo que el fotógrafo Felipe Jácome retrató durante los últimos años y que condensó en una serie fotográfica que tituló ‘Los Reyes del Manglar’, una muestra que se exhibe desde el sábado 18 de febrero, en el Centro de Arte Contemporáneo, CAC (Montevideo y Luis Dávila).
En el 2008, Jácome era funcionario de las Naciones Unidas y trabajaba con las comunidades de Esmeraldas que recolectaban conchas. Un día acompañó a los habitantes de Tambillo al manglar y empezó a documentar la recolección. Con el tiempo se enfocó en los niños, que son mayoría.
En la exposición converge el interés de Jácome por realizar una exploración visual sobre la riqueza ecológica de esta reserva, la vida de los niños de Tambillo y el trabajo infantil.
Recolectar conchas es una actividad compleja para un niño. Para obtenerlas (por cada una les pagan ocho centavos de dólar) tienen que pasar durante horas sumergidos en lodo hasta la cintura, soportar las inclemencias del tiempo, los insectos y, sobre todo, evitar las picaduras del pez sapo.
En una de las 23 fotografías aparece la imagen de Efraín Montaño, un niño que sostiene dos conchas colocadas a la altura de sus ojos. Efraín tiene cinco hermanos y una hermana y, al igual que todos los niños de Tambillo, recolecta conchas para ayudar a la precaria economía familiar y complacer alguno de sus gustos.
En estas imágenes, Jácome logra retratar la vida de los niños y adolescentes sin victimizarlos. Muestra la precariedad de su trabajo pero también la inocencia y la alegría con la que viven su cotidianidad. “Una de las cosas más lindas de este proyecto -dice- ha sido verlos crecer y compartir con sus amigos. Lo triste es saber que muchos de ellos no terminaron el colegio”.
Jácome cuenta que en Tambillo los niños solo tienen la posibilidad de estudiar hasta cuarto curso y que seguir con sus estudios es complicado, porque sus padres no cuentan con los recursos para que vayan a estudiar a otro lugar.
En esta serie, Jácome mantiene el uso del blanco y negro, una de las características estéticas que ha marcado su trabajo y que empezó con la serie sobre la ruta de los migrantes que tratan de cruzar la frontera entre México y EE.UU. “En el manglar la gama de colores es muy monótona. Todo es color tierra y muy oscuro, solo se pueden tomar fotos cuando está nublado por eso la mayoría de estas fotos están en la sombra”.
El título de la muestra, que estará abierta hasta el 9 de abril, fue inspirada en el libro ‘El Señor de las moscas’, que cuenta la historia de un grupo de niños que vive en una isla donde no hay adultos. Una historia que le sirvió a Jácome para pensar esta serie fotográfica.