Las dos obras unipersonales que el grupo Muégano Teatro estrenará, en Quito tienen algo en común: la búsqueda de un diálogo entre las utopías de la generación de los 60 y 70 y las dudas e incertidumbres que tiene la generación actual.
‘Ulrike Newton John, en busca de la militancia perdida’ puesta en escena por Estefanía Rodríguez, la actriz más joven del grupo, es una obra que se pregunta sobre las posibilidades de militancia y de la construcción de un proyecto macropolítico en la actualidad.
“La obra explora los sentimientos y las contradicciones de la juventud contemporánea. De personas que son nietos e hijos de las militancias del pasado y que ante el destrozo de las utopías se enfrentan a la duda y la imposibilidad de su existencia”, dice Santiago Roldós, director del grupo.
El título de la obra es un híbrido que juega e ironiza con dos mundos: el de Ulrike Marie Meinhof, militante de las Brigadas Rojas de Alemania, una guerrilla urbana de los 70, que llegó al mundo del teatro gracias a un monólogo escrito por los dramaturgos italianos Franca Rame y Darío Fo; y Olivia Newton John, una de las actrices pop más famosas de la misma década.
Roldós cuenta que la pieza se creó a través de improvisaciones sobre la memoria, no solo de la actriz, sino de una generación entera que ha crecido con imágenes fragmentadas sobre las militancias de generaciones pasadas.
‘Across de una versus’, cuyo título hace referencia a la canción ‘Across the universe’ de los Beatles y que es interpretada por la actriz Bárbara Aranda, tiene su resonancia generacional en las propuestas del teatro como espacio de soberanía del cuerpo que aparecieron en la mitad del siglo XX y que tiene como uno de sus referentes al brasileño Agusto Boal y el Teatro del Oprimido.
Las inquietudes de esta obra se centran en una enfermedad orgánica, la artritis y otra más psíquica, la violencia de los afectos. En la obra, Aranda pone en escena varias personalidades y su álter ego.
Roldós agrega que en esta obra hay un homenaje al teatro como lugar de emancipación, como un espacio que otorga cierta libertad y donde el actor se puede volver a encontrar consigo mismo.
Algo que atraviesa a estas obras son las referencias y diálogos que se hacen sobre el ensayo ‘El espectador emancipado’, escrito por Jacques Ranciére, un texto donde el filósofo francés propone al teatro como un espacio de emancipación argumentando que este permite al espectador realizar su propia lectura e interpretación de lo que está viendo, apelando al uso de su sentido común.
Las obras de Rodríguez y Aranda son parte de un proceso de trabajo de Muégano en el que se decidió que las actrices más jóvenes montasen obras unipersonales, a partir de las inquietudes e incertidumbres de su vida cotidiana, un proceso escénico similar al que puso en práctica, hace poco, el grupo Malayerba en la obra ‘El corazón de la cebolla’.
Después de sus presentaciones en Quito ‘Across de una versus’ será parte del Festival de Mujeres por la Paz que se realizará en Bogotá. La entrada general tiene un costo de USD 10, estudiantes pagan 8 y adultos mayores 5.