Las obras de Moscoso y Zapata ofrecen perspectivas de la influencia de Alexander Humboldt en la pintura de paisaje. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Las tres pinturas más grandes, con diversas perspectivas de Cerro Hermoso, en la selva de altura de los Llanganates ecuatorianos, tienen la capacidad de dejar sin aliento al espectador, en una experiencia sobrecogedora.
Con un derroche de virtuosismo técnico, el artista ambateño David Moscoso evoca la laguna de Anteojos y su cascada, en las estribaciones de tres cerros en medio de nubes, niebla y rayos de sol que irrumpen en la hondonada.
En otro de los óleos, el marco de una cumbre nevada del mismo Cerro Hermoso -hielo que va de los tonos tierra a azules y esmeraldas- deja ver al fondo de un manto de nubes y de niebla al volcán Tungurahua.
Las obras de la serie ‘Llanganati’ (2002) hacen parte del núcleo central de la exposición ‘Cosmos: La poética del color en la descripción del mundo natural’, abierta en el Museo Presley Norton de Guayaquil.
El artista ambateño David Moscoso refleja en sus pinturas a los Llanganates. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
La muestra presenta la obra paisajística de los artistas ecuatorianos David Moscoso y Servio Zapata, en contrapunto con la influencia en la pintura paisajista del naturalista alemán Alexander Humboldt.
Se trata de una suerte de diálogo de las ilustraciones publicadas por Humboldt en el siglo XIX con las pinturas del s. XXI.
Mi pintura tiene inspiración en Humboldt, que dejó un precepto de lo que debería ser la pintura del paisaje, una teoría de la impresión total de la naturaleza”, indicó Moscoso.
La muestra es un tributo al 250º aniversario de ‘Humboldt y las Américas’ (1769-2019), a la aventura del notable científico y explorador que -como dibujante y esteta- fue también promotor de una nueva representación iconográfica de la naturaleza. Su influencia en la ilustración de la América del siglo XIX es clave en la renovación a una estética realista y exigente.
El zarumeño Servio Zapata refleja en sus obras la selva de la costa y el subtrópico. Foto: Enrique Pesantes/ EL COMERCIO
Las obras de Moscoso son más de 30 contando las de pequeño y mediano formatos, cromolitografías al estilo de las ilustraciones que proliferaron tras Humboldt y litografías que combinan la tradición del paisaje con lenguajes geométricos más contemporáneos. Las orquídeas y el Chimborazo son otras de las constantes.
Muchos creen que estos son sitios inventados, que solo es una idealización de la naturaleza, pero existen y son así, tengo las fotografías para probarlo”, dice Moscoso, que reconoce que la técnica da un gran esplendor a las obras.