La actriz utiliza distintos espacios de su casa para poner en escena los monólogos de la tía Cuquita. Foto: Cortesía Monserrath Astudillo
De la necesidad. Así nació La tía Cuquita, personaje que la actriz Monserrath Astudillo ha puesto en escena desde hace dos semanas y a la que se puede ver a través del canal de la actriz en YouTube.
Plataformas de video y redes sociales han pasado a convertirse en escenarios alternativos para muchos artistas nacionales que buscan un espacio para darle continuidad a su trabajo creativo y reconectarse con su público a la distancia, mientras dure la emergencia sanitaria. “Creo que hay una necesidad de seguir creando en todas las áreas. Hay una sed de comunicar y un impulso hacia el despertar de la conciencia colectiva”, dice Astudillo.
La tía Cuquita ha estado presente de manera secundaria en la obra de Astudillo desde el estreno de su primer monólogo ‘La llave del armario’ (2007). Desde entonces, dice la actriz, se ha convertido en un personaje conocido y solicitado por el público. Ahora es la protagonista de una serie de cortos monólogos que comparte en Internet.
Video: YouTube, cuenta: Monserrath Astudillo
“La primera vez fue un impulso. Lo hice en 10 minutos. Me puse el vestuario, me paré frente al espejo y dije dale”, dice sobre el video que muestra la metamorfosis física y psicológica, al entrar en el personaje.
Frente a la cámara, la tía Cuquita arrastra la voz. El cabello cano la delata como una mujer de la tercera edad, pero su vitalidad y picardía mantienen una chispa juvenil. “Es un personaje que me posee sin ninguna traba. Es como tomar los dejos de mi abuela, el tic de una tía, la voz de otra, el carisma de otra, la religiosidad de otra”, dice la actriz que se ha criado rodeada de mujeres.
La buena recepción del primer monólogo le impulsó a seguir produciendo otros. Sin embargo, el paso del teatro convencional al escenario virtual no ha sido una tarea fácil. “Me parece complejo afrontar esta falta de comunicación visual y la conexión directa con el público. Es complicado y doloroso dejar de sentir esa calidez de las tablas, el escenario y la complicidad del público en vivo. Ponerse una cámara de celular al frente no es lo mismo”, asegura la actriz.
Video: YouTube, cuenta: Monserrath Astudillo
Cada video implica todo un trabajo de producción, que empieza con el monitoreo de temas y noticias diarias que se van hilando en un guion que ejecuta desde la improvisación. Astudillo ha convertido su casa en un escenario lleno de cosas con las que construye una escena, que requiere buena acústica e iluminación. El vestuario, maquillaje, control de la voz también son parte de un trabajo que realiza en el tiempo que le dejan las tareas en el hogar y con la familia.
“Es agotador, pero cuando veo los resultados es satisfactorio”, dice la actriz sobre un producto cultural que también tiene la intención de exponer el arte escénico como una actividad laboral. Con el aporte voluntario que solicita la actriz en cada monólogo, ella busca crear conciencia sobre el trabajo del artista y también sobre la necesidad de pensar en otras formas de intercambio y solidaridad.
Los monólogos de la tía Cuquita son la forma que encontró Astudillo para ponerse al servicio de la gente a través del arte. “Siento que el propósito para mí es seguir creando contenido con humor”, dice la intérprete sobre un género en el que ve propiedades catárticas e incluso terapéuticas.
Para la actriz, el humor, como género, es un espejo social, pero también un espacio de reflexión personal y colectiva.