La búsqueda de políticas en favor de la preservación del recurso tiburón. Ese es el tema central del tercer taller regional de conservación de tiburones, que se realiza desde ayer en Manta. El foro concluirá el viernes 9.
53 representantes de 16 naciones de la región exponen las iniciativas sobre los tiburones en el Océano Pacífico Oriental (OPO).
Todd Capson, biólogo de la Oficina de Conservación Marina del Departamento de Estado de EE.UU., asegura que la cita de Manta es de importancia para el futuro del recurso tiburón. “Hay que ser realistas, la sobrepesca de tiburones en el mundo sucede y con más frecuencia cada año”.
Pero Capson lamenta que no existan cifras. Lo poco que se conoce sale del trabajo que se realiza en Ecuador. Por eso, dice, “es necesaria la unificación de datos que luego desemboquen en acciones prácticas en beneficio de los tiburones”.
Uno de los objetivos es que los participantes del foro conozcan la experiencia de Ecuador en el monitoreo del desembarco y procesamientos de datos.
El biólogo ecuatoriano Jimmy Martínez dice que se trabaja en toda la costa el país en el monitoreo. Para ello se cuenta con 52 inspectores de pesca, 20 observadores que viajan en los barcos nodrizas cuando salen a faenas y 12 biólogos marinos en tierra.
El experto comenta que el trabajo les ha permitido elaborar la guía de identificación de tiburones, la cual aspira sea replicada en los países de quienes han llegado a la cita de Manta.
Martínez explica que hay dos especies que están en peligro de desaparecer (el rabón bueno y el martillo). Se los pesca con mucha frecuencia. Y las alertas se obtienen gracias a los monitoreos en las zonas de desembarcos.
Una de las novedades del taller es la técnica de reconocimiento de especies de tiburones a través de las pruebas de ADN. El biólogo estadounidense John Hyde, quien trabaja en la Oficina de Conservación Marítima para la Atmósfera y los Océanos (NOAA, por sus siglas en inglés), señala que la técnica es un proyecto que se lanza desde Ecuador al mundo.
Sobre esta técnica hay pequeñas experiencias en EE.UU. Consiste en sacar muestras de tejidos o de las aletas de los tiburones. Luego, se las muele. Posteriormente, con la ayuda de reactivos, la información que se obtiene sale en códigos de barras. El proceso permite saber a qué especie de tiburón pertenece cada muestra.
Este viernes , antes del término del taller en la playa mantense de Tarqui donde se realizan desembarcos de tiburones, los 53 conservacionistas trabajarán en la recopilación de información. La tarea se cumplirá desde las 07:00.