¿Qué viene para la monarquía tras la devastadora entrevista de Meghan?

Un año después de su estrepitosa salida de la realeza británica, Enrique y Meghan ofrecieron una entrevista televisada en EE.UU. dirigida por Oprah Winfrey. Foto: EFE / Harpo Productions

Un año después de su estrepitosa salida de la realeza británica, Enrique y Meghan ofrecieron una entrevista televisada en EE.UU. dirigida por Oprah Winfrey. Foto: EFE / Harpo Productions

Un año después de su estrepitosa salida de la realeza británica, Enrique y Meghan ofrecieron una entrevista televisada en EE.UU. dirigida por Oprah Winfrey. Foto: EFE / Harpo Productions

El Reino Unido trató ayer, 7 de marzo del 2021, de digerir, como un boxeador noqueado, los inéditos ataques lanzados por los duques de Sussex, Enrique y Meghan, contra la casa real británica, a la que acusan de racismo y hostigamiento psicológico.

Las cargas de profundidad fueron tan numerosas y de tal enjundia que el diario conservador Daily Telegraph aconsejó a los royals un chaleco antibalas para hacerles frente, a la vista de que no les bastará con “esconderse detrás del sofá”.

Un año después de su estrepitosa salida de la realeza británica y su partida a California, la pareja pintó con las confesiones de su entrevista televisada en EE.UU. y dirigida por la estrella de la televisión estadounidense Oprah Winfrey un sombrío retrato de la monarquía británica que encierra graves implicaciones políticas.

“Fuera lo que fuera lo que la familia real esperaba de esta entrevista, esto fue peor”, afirmó The Times. “Meghan tuvo tendencias suicidas. Estaba preocupada por su bienestar psicológico. Lloró en un acto oficial. Y la familia real no ayudó”, agregaba el periódico, considerando que se trata de “acusaciones perjudiciales” para la institución.

“La pareja cargó un bombardero B-52, sobrevoló con él el palacio de Buckingham y descargó su arsenal justo encima”, afirmó por su parte el canal británico ITV, que compró los derechos para retransmitir las dos horas de entrevista ayer por la noche en el Reino Unido.

Con lágrimas en los ojos, Meghan, de 39 años, una exactriz emprendedora y acérrima defensora de los derechos de las mujeres, reconoció que llegó un momento en que “ya no quería vivir más”. Y aseguró que cuando dijo a la familia real que estaba sufriendo por la agresiva cobertura de los medios sensacionalistas británicos y que necesitaba ayuda profesional, le contestaron “que no sería bueno para la institución”.

Actualmente embarazada de su segundo bebé, que será una niña según anunciaron, Meghan, que es mestiza, también explicó que algún miembro de la casa real, “preocupado”, les preguntó “cuán oscura” sería la piel de su primer hijo, Archie.

Enrique quiso sin embargo dejar claro que no fueron ni su abuela, la reina Isabel II, de 94 años, ni su abuelo, el príncipe Felipe, de 99 años, actualmente hospitalizado tras ser operado del corazón, precisó ayer Oprah Winfrey.

En la entrevista, Meghan Markle reconoció que llegó un momento en que “ya no quería vivir más”. Foto: EFE / Harpo Productions

Solicitan revisar papel de la monarquía

Esta cuestión desató un alud de reacciones, incluido el portavoz del primer ministro Boris Johnson, para quien “no hay lugar para el racismo en la sociedad”, según afirmó ayer, 7 de marzo. Después, el propio jefe de gobierno se limitó a decir que “siempre ha sentido la mayor admiración por la reina” y se negó a dar comentarios sobre la entrevista.

En un país en el que ninguna fuerza política se declara oficialmente como republicana, el líder de la oposición, el laborista Keir Starmer, fue contundente al calificar ayer de “muy graves” las alegaciones de Enrique y Meghan y pedir una investigación al respecto.

“Esto es más grande que la familia real. Durante demasiados años hemos desdeñado estas cuestiones y hemos estado dispuestos a dejarlas de lado”, afirmó en declaraciones a la prensa. Agregó que la denuncia “es un recordatorio de que demasiada gente sufre racismo en el Reino Unido del siglo XXI”, por lo que hay que tomarlo “seriamente”, por lo que aprovechó para pedir “un debate nacional abierto y franco” sobre el futuro de la monarquía en el país.

“Está claro que esperábamos algo dramático”, pero “creo que esto ha superado esas expectativas”, dijo el experto en la realeza y periodista del Daily Mail Robert Hardman.

Tras la emisión de estas confesiones, grabadas hace semanas en la mansión de la pareja en Montecito, cerca de Santa Bárbara, Meghan recibió el respaldo público de varias celebridades. Incluso la Casa Blanca saludó la “valentía” de Enrique y Meghan al “hablar de sus propias luchas con la salud mental y relatar su historia personal”.

'Campaña de desprestigio'

Enrique, de 36 años, siempre ha dicho que la dolorosa decisión de romper con su familia estaba motivada por su temor a que "la historia se repitiese", en referencia a su madre, la princesa Diana, que murió en un accidente de tráfico en París en 1997, cuando él tenía 12 años, tras una dolorosa ruptura con su marido, el príncipe Carlos, y la encorsetada monarquía.

Ante Oprah, reconoció haberse sentido "realmente decepcionado" por la falta de apoyo de su padre en toda esta situación. "Él pasó por algo similar. Él sabe cómo se siente el dolor", afirmó.

Dijo que siempre amará a su padre —heredero al trono de 72 años— y a su hermano, el príncipe Guillermo, pero que estos "están atrapados" en las convenciones de la monarquía.

Estas declaraciones recuerdan la entrevista que Diana dio a la BBC en 1995, cuando reveló que su marido la engañaba y admitió haber sido ella misma infiel.

Meghan denunció una "verdadera campaña de desprestigio" por parte de la monarquía, aunque tuvo cuidado de no atacar personalmente a miembros de la corona.

Simplemente afirmó que, contrariamente a lo que había informado la prensa británica, no fue ella quien hizo llorar a Catalina, la duquesa de Cambridge, esposa de Guillermo, durante un incidente previo a su boda, sino que sucedió lo contrario y que Catalina se disculpó poco después.

La monarquía británica afrontó la entrevista ofreciendo unas horas antes de su emisión la imagen de una familia unida con motivo de las celebraciones anuales de la Commonwealth.

En un discurso televisado pregrabado, la reina destacó la importancia de la "dedicación desinteresada y el sentido del deber" mostrado por el personal sanitario durante la pandemia, lo que muchos interpretaron como una crítica a Enrique y Meghan.

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