Es automático. Cuando ‘Chincha’ Pino usa sus audífonos Technics se transporta a otro mundo. Solo basta conectarlos a su iPhone -revestido con un protector que evoca al extinto casete-, buscar buena música y subir a ‘full’ el volumen.
Por el día, María José trabaja en una oficina. Por las noches, ‘Chincha’ usa sus audífonos, que le dan una pinta de aviadora. Y se deja llevar por la estridente música electro y progressive house.
‘Chincha’ o María José -da igual-, también es DJ. Disfruta sentir en sus oídos la vibración del bajo, la batería y los sintetizadores cuando hace sus mezclas.
“Después de horas frente a la consola -cuenta sin despegarse de los auriculares-, a veces siento un zumbido en los oídos… pero ya estoy acostumbrada”, dice, sin poner ‘stop’ a la pista, que traspasa la barrera de las bocinas que recubren sus orejas.
Los audífonos son un invento de Beyerdynamic, una empresa alemana que en 1937 lanzó su primer diseño: los DT 48. En la década de los 80 se hicieron populares por su diseño de diadema, que ‘coronó’ los oídos de toda una generación.
Fueron desplazados por los diminutos in-ear (dentro del oído). Y volvieron con fuerza en los últimos dos años.
Para los jóvenes, los audífonos son un escape. Pero esa fuga momentánea de los sonidos del mundo real puede causar un daño irreparable al sistema auditivo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la pérdida de la audición por exposición excesiva al ruido es una de las enfermedades irreversibles más frecuentes entre los chicos.
Los reproductores de música y los teléfonos celulares conectados a auriculares pueden emitir un estruendo directo al oído interno que se compara con el paso de un avión o una fuerte detonación.
El boom de alto volumen
De colores oscuros o fosforescentes, con cables o con Bluetooth (inalámbricos), con acceso a tarjetas de memoria y sistemas ‘noise cancelling’ para aislarse por completo del exterior. En el país circulan al menos 12 marcas. Sus precios van desde USD 20 hasta más de 300.
En las perchas de la cadena Megamaxi hay una galería de modelos para todos los gustos. Raúl Paredes, uno de los dependientes del área de tecnología del supermercado ubicado en Mall del Sol, atiende a menudo a indecisos jóvenes -desde los 15 años- en busca de auriculares, los más grandes que puedan hallar. Al día venden al menos 10.
La moda de los audífonos gigantes se esparce a alta escala en el país. Los usan los futbolistas antes de saltar a la cancha y en otros países incluso son parte de novedosos desfiles.
En las calles del centro de Guayaquil el panorama no es distinto. Es común ver a colegiales y universitarios con audífonos alrededor del cuello o cruzar -desafiantes- la av. 9 de Octubre con los oídos tapados, sin prestar atención a los bocinazos de los conductores apurados. “Es la moda a alto volumen”, dice Israel, un joven de 17 años.
Pasar la barrera de los 85 decibeles (medida de sonido tolerable al oído) puede ocasionar secuelas irreversibles. Un estudio de Deafness Research UK, organización británica dedicada a la prevención de la sordera, revela que los jóvenes de hoy podrían perder la audición 30 años antes que generaciones anteriores.
Geoconda Pulla, licenciada en Audiología del Hospital Guayaquil, asegura que el oído interno lleva la peor parte. “Hay una pérdida neurosensorial. Se deterioran las células ciliadas (23 000 células nerviosas en cada oído) y ya no se las puede recuperar”.
El año pasado, investigadores de la Universidad de Leicester, en Inglaterra, verificaron que la mielina se afecta. Esta es la capa que recubre las neuronas y que lleva las señales de sonido al cerebro. Su deterioro puede causar pérdida total o parcial de la audición.
Otro organismo británico, el Real Instituto Nacional para Sordos, evidenció que dos de cada tres jóvenes que usan reproductores de mp3 (que puede superar los 120 decibeles), corren el riesgo de padecer trastornos auditivos.
Esos trastornos pueden ir desde zumbidos (tinitus) hasta sordera, como explica Priscila Vallejo, técnica del área de Otorrinolaringología del Hospital Guayaquil. Para determinar el daño es necesaria una audiometría, examen que mide la percepción de sonidos agudos y graves.
No olvide
- Los síntomas que el usuario experimenta al dar mal uso de los audífonos son dolor de oído, inflamación del conducto externo.
- El zumbido agudo (acúfenos o tinnitus) que tarda en desaparecer es otro problema. Para ello debe usar un volumen moderado.
- También hay dificultad para distinguir sonidos. Para evitarlo, use el limitador de volumen del equipo y controle de acuerdo a lo que su oído soporte.
- Aumentar el tono de voz al hablar es una consecuencia de perder la capacidad de escuchar. Para hablar retire sus audífonos.
- No supere las dos horas de uso continuo de audífonos. Es preferible que su oído descanse del aparato.