Las suposiciones sociales sobre la sexualidad masculina dañan la vida de los hombres más de lo que muchos pudieran imaginar. Foto: EL COMERCIO.
Según el escritor Jordan Gray, autor y consejero de relaciones sexuales, las suposiciones sociales acerca de cómo operan los hombres su sexualidad, dañan su vida más de lo que se pudiera creer.
“Semanalmente atiendo a clientes que piensan que porque a veces no quieren tener sexo con sus parejas, esto les hace menos viriles. Veamos ¿acaso deberían poseer un botón en el que se lea: ¡Listo para tener sexo en cualquier instante!? Si permitimos que la sociedad, la televisión y los medios nos digan lo que es normal en nuestras vidas sexuales, perderemos la batalla”, señala el autor.
A continuación encontrará los mitos más dañinos acerca de la vida sexual de los hombres descritos por Gray:
1. Los hombre desean tener sexo todo del tiempo
En realidad el más generalizado de los mitos que tanto daño hacen es que los hombres han sido pintados con brochazos generales por sentirse calientes y sexualmente listos las 24 horas del día. Las ramificaciones negativas de esta creencia son muchas:
Los hombres se sienten inhumanos cuando no inician el sexo tan a menudo como su pareja quiere hacerlo y las mujeres pueden sentir que algo anda mal con ellas si sus parejas no pueden lograr una erección y se preguntan: ¿Por qué si él está loco por el sexo no logra estar listo cuando está conmigo?
Al aceptar esta creencia se mantiene a la gente en imposibilidad de reconocer el deseo sexual de forma individual e impide estar al tanto de las reacciones de sus propios cuerpos. Se deja entonces que sea la cultura la que tome las decisiones.
2. El sexo y las emociones están separados del hombre
Mucha gente cree que para los hombres el sexo es solo eso. “Algunas de las mujeres amigas más cercanas me han peguntado si el sexo realmente significa algo para el hombre. La creencia de que los hombres son menos emotivos y por lo tanto nos sentimos menos conectados durante el sexo, está tan lejos de ser cierta que es difícil saber por dónde comenzar.
Debido a que es complicado realizar un estudio preciso, no existe una prueba real de que los hombres se sienten emocionalmente más alejados durante el acto sexual (o en cualquier momento de sus vidas) en comparación con las mujeres”, señala el autor.
Añade que él conoce hombres que se sienten conectados luego de dormir con alguien por vez primera y hombres que lloran después de tener sexo, cuando una combinación inesperada de la rapidez les golpea luego de alcanzar el orgasmo y hay otros que han dejado de lado a docenas de potenciales parejas sexuales porque no hay la suficiente conexión luego de la atracción física.
Los hombres pudieran ser menos emotivos en algunas cosas o demostrar sus sentimientos de forma diferente pero para ellos (y para toda la gente) el sexo es ciertamente un acto que alcanza la mejor de las compañías a través de una conexión sana con la pareja.
3. La adicción sexual no es algo real
Muchos consideran que esto no es real y que si lo fuera, cada hombre en el planeta sería afectado. Si bien es relativamente una enfermedad nueva, ha sido ampliamente analizada por la sociedad en su conjunto.
Se han producido varios divorcios de celebridades en los últimos años debido a la adicción sexual, como una de las razones para la separación. Y, si bien la prensa ha hecho mofa de ello, la adicción sexual es un verdadero desorden que afecta las vidas de muchos hombres y mujeres en todo el mundo.
“La adicción sexual al igual que todas la adicciones, tiende a ser un mecanismo que permite manejar las heridas emocionales profundas que tendrán que ser resueltas. Ya sea que esa herida emocional e inconsciente sea un sentimiento de vergüenza o de resentimiento que viene desde la infancia y que pudiera ser una ex novia o una necesidad de certezas, la adicción sexual afecta la vida de mucha gente”, según Gray.
Conclusilón: El daño que causa la vergüenza sexual
La gama de sexualidad humana es asombrosa e inmensa. Algunas personas tienen promedios más altos de deseo sexual y otras menos.
Algunos tienen un deseo mayor de alcanzar poder y control en sus relaciones sexuales, mientras que otros buscan algo más lento, a la luz de los candelabros y otros tantos prefieren todo lo anterior y diferentes encuentros a lo largo de sus vidas sexuales. Nada que se relacione con la sexualidad se puede encerrar en una caja limitante.
“Al mirar al mundo a través de los lentes de aquellos hombres que poseen un deseo sexual muy alto y las mujeres que tienen deseos sexuales muy bajos, se puede revisar la perspectiva de una construcción social que es limitante para la persona, para su vida sexual y para el crecimiento de la humanidad en el tiempo”, recalca el autor.