Tras los informes de la investigación se detectó que la muerte de casi 4000 cabezas de ganado fue ocasionada por la inhalación de los gases tóxicos -el dióxido de carbono-que fueron emanados desde la profundidad del lago Nyos hasta llegar a la atmósfera de la Tierra.Foto: Captura de pantalla.
Fue en 1986 cuando fallecieron de forma misteriosa 1 700 aldeanos y 3 500 cabezas de ganado que vivían junto al lago Nyos, cerca de la frontera de Camerún con Nigeria, en el occidente de África. De acuerdo a las investigaciones, las muertes fueron causadas por las condiciones atmosféricas del lugar.
Expertos acudieron durante varias semanas para revelar el misterio que causó la repentina muerte. Uno de los investigadores que acudió al lugar, Peter Baxter, comentó en cierta ocasión al programa ‘Witness’, que cuando llegó al lugar, todavía habían personas y animales muertos esparcidos en las colinas de la zona. “Todo estaba en silencio y no había señales de vida”, mencionó el doctor británico.
Uno de los testigos que sobrevivió el 21 de agosto del 1986, relató su experiencia de ese año. Narró que al despertarse cerca de las 11:00 de la noche no sabía lo que pasaba, el residente recuerda que estaba confundido.
Los aldeanos del noroeste de Camerún perdieron a muchos pobladores. “En nuestro poblado perdimos a mucha gente, unas 75 personas murieron”, contó un poblador al medio británico de la BBC.
Los olores que detectaron los habitantes del país africano se repetían entre los relatos que hicieron a los científicos de ayuda internacional, que acudieron en respuesta al llamado del Presidente de ese país. Esa percepción les daría una hipótesis sobre la respuesta de la catástrofe.
Según relata uno de los testigos: “Yo casi muero, pero cuando me paré empecé a tomar aceite. Y poco después vomité algo negro que olía como huevo o como pólvora”, recoge la BBC. Muchos de los sobrevivientes eran niños.
Video: YouTube, cuenta: Bahía de Noticias.
Tras los informes de la investigación se detectó que la muerte fue ocasionada por la inhalación de los gases tóxicos -el dióxido de carbono-que fueron emanados desde la profundidad del lago Nyos hasta llegar a la atmósfera de la Tierra.
“El gas te provoca la inconsciencia rápidamente y los que sobrevivieron sintieron que estuvieron inconscientes durante mucho tiempo, 10 horas o más, antes de estar nuevamente conscientes, literalmente hasta que el gas -que estaba suspendido en el aire– se elevó cuando comenzaba el día y el sol calentó la tierra”, comenta el médico Baxter.
Aunque ha pasado más de 30 años de esta tragedia, que acabó con cientos de pobladores africanos, el lago Nyos continúa siendo una amenaza para la zona. Sin embargo, en el lugar se instaló un sistema de tuberías para permitir que el dióxido de carbono (CO2) sea desviado con seguridad.