La nueva Miss Universo, Demi-Leigh Nel-Peters, explicó a la prensa que espera trabajar en campañas de prevención del virus del VIH, un problema muy presente en su país. Foto: AFP
La corona de la reina mundial de la belleza quedó el pasado domingo 26 de noviembre del 2017 prendida en el cabello de la sudafricana Demi-Leigh Nel-Peters. La joven superó en la final a la colombiana Laura González y a la jamaicana Davina Bennett para llevar por quinta vez este premio a África, la región con menos galardones del certamen.
Nel-Peters dedicará su reinado a promover actividades y causas que, de acuerdo con la organización, deben estar orientadas a empoderar a otras mujeres, a ayudar a sus comunidades y a iniciar conversaciones en torno a temas que ayuden a la sociedad. En este sentido, la sudafricana explicó a la prensa que espera trabajar en campañas de prevención del virus del VIH, un problema muy presente en su país.
La ganadora del certamen internacional se vio envuelta en una polémica originada en redes sociales en julio de 2017, cuando era candidata, por una serie de fotografías en las que aparecía visitando a niños con VIH en un centro de asistencia sudafricano.
Demi-Leigh Nel-Peters fue coronada el 26 de noviembre del 2017, como la mujer más bella del mundo. Foto: AFP / Miss Universe
Las críticas le llegaron porque en dichas imágenes se podía observar a la actual Miss Universo utilizando guantes quirúrgicos para tocar a los niños infectados con el virus de inmunodeficiencia humana. Así lo informó en julio el diario británico Daily Mail.
Sin embargo, Nel-Peters se pronunció al respecto en su cuenta de Instagram y aseguró que no habría utilizando los guantes para tratar con los niños con VIH, sino porque se había encargado de cocinar para ellos. Así que, según la modelo, por razones higiénicas, se puso los guantes y olvidó sacárselos antes de hacerse la fotografía.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que el VIH se transmite “a través del intercambio de determinados líquidos corporales de la persona infectada, como la sangre, la leche materna, el semen o las secreciones vaginales”. Destaca, además, que “no es posible infectarse en los contactos cotidianos ordinarios”.