132 áreas de extracción de minería ilegal están en Brasil. Foto: Cortesía Bárbara Fraser y Daniel Paranayba / ISA- Estudio ‘la Amazonía Saqueada’.
La minería no autorizada de minerales como el oro, diamantes y coltán está poniendo en riesgo a la mayor selva tropical del planeta. Un estudio realizado en los seis países amazónicos logró identificar más de 2 300 puntos, 245 áreas y alrededor de 30 ríos donde está presente esta actividad ilegal.
El estudio ‘La Amazonía saqueada’ reúne los datos obtenidos en Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela en una plataforma web. Esta herramienta permite evidenciar cómo se distribuye y en qué sitios se concentra la problemática a lo largo del territorio amazónico, que se extiende por 7 millones de kilómetros cuadrados.
Carmen Josse, directora científica de Ecociencia, explica que esta es una iniciativa de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (Raisg), la cual se inició en el 2007 y trabaja con técnicos de ocho organizaciones provenientes de estos países de América del Sur. Estas personas actualizan constantemente sus bases de datos sobre las principales amenazas a la región Amazónica.
En esta ocasión, el mapa fue construido con información proporcionada por los organismos estatales, análisis de imágenes satelitales y noticias publicadas en los medios de comunicación de los seis países hasta el 2017.
Josse cuenta que, una vez recopilada la información, la cantidad de puntos y áreas identificadas con la presencia de minería ilegal superó sus expectativas. La lista de países mapeados con la mayor cantidad de puntos la lidera Venezuela (1 899), seguido por Brasil (321), Ecuador (68) y Perú (24). Según el estudio, en Colombia y en Bolivia la unidad de análisis correspondió a los ríos, por lo que la información no se cuantificó como puntos sino como áreas.
De las 245 áreas de extracción identificadas en el territorio amazónico, tres se encuentran en Bolivia, 132 están en Brasil (sobre todo en la región del río Tapajós), y 110 en Perú, en Madre de Dios. Este último es considerado como el sector de la Amazonía con la mayor degradación causada por la extracción de oro.
Josse explica que para Ecuador no se establecieron áreas, solamente puntos, ya que las áreas de intervención todavía son reducidas, por lo que se necesitaría tener acceso a imágenes satelitales de “altísima resolución”. Las zonas señaladas corresponden a los lugares donde los medios de comunicación han reportado que se han hecho decomisos, y a sitios identificados a través de la información de las agencias de regulación. Para Venezuela tampoco se establecen áreas, solo puntos.
En el país, la mayoría de sitios identificados en el estudio se ubica en la parte sur, en las provincias de Morona Santiago y Zamora Chinchipe. El Alto Nangaritza es una zona rica en minerales que está siendo explotada de forma ilegal y antitécnica, según información de la Agencia de Regulación y Control Minero. Esta institución está coordinando con otras ocho entidades del Gobierno los operativos en la zona, para luchar contra esta problemática que se agudizó en este año en esa zona.
La minería ilegal también afecta a ríos como el Napo, Tiputini, Nangaritza y Yacuambi, dice Josse. La actividad en toda la región está ligada a estos cuerpos de agua, ya que son vías de acceso de maquinarias e insumos, y también están relacionados con las operaciones de búsqueda de oro. Este proceso está causando gran contaminación de los ríos debido al uso de mercurio.
Las altas concentraciones de este metal están causando afectaciones a las poblaciones de animales de la zona y a las personas que consumen estos peces contaminados. Los resultados preliminares de un estudio realizado por el Centro de Innovación Científica Amazónica, en Perú, muestran que los niveles de mercurio en peces son 43% mayores en pozos abandonados por la minería de oro que en áreas donde no existen campamentos mineros. Un reporte reciente del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) también alerta sobre los efectos del mercurio en la Región Amazónica.
Algunos efectos ambientales de esta minería ilegal incluyen a la deforestación y los impactos que causa el ingreso de maquinaria pesada. Una de las principales preocupaciones expuestas en este informe es que la problemática continúa creciendo.
Beto Ricardo, secretario Ejecutivo de Raisg, afirma en la investigación que “la incidencia de la minería ilegal en la Amazonía ha crecido exponencialmente en los últimos años, con el alza del precio del oro”. Esta es una de las presiones que menos se investiga.