La soltería está ligada a la libertad

Pavel calahorrano / el comercio Milagros Aguirre es escritora y periodista; durante muchos años estuvo vinculada al periodismo cultural. Actualmente trabaja en la editorial Abya-Yala como editora general.

Pavel calahorrano / el comercio Milagros Aguirre es escritora y periodista; durante muchos años estuvo vinculada al periodismo cultural. Actualmente trabaja en la editorial Abya-Yala como editora general.

Milagros Aguirre es escritora y periodista; durante muchos años estuvo vinculada al periodismo cultural. Actualmente trabaja en la editorial Abya-Yala como editora general. Foto: Pavel Calahorrano / EL COMERCIO

Milagros Aguirre es risueña. Y su risa ronca adereza toda la conversación sobre la soltería que tenemos en la oficina pequeña y ordenada desde la cual dirige la Editorial Abya-Yala hace un poco más de un año, cuando volvió a vivir a Quito, luego de dejar a uno de los grandes amores de su vida: la Amazonía.

¿Te sientes sola, frustrada, amargada?

¡Noooo, para nada! Me siento contenta, libre.

Te pregunto esto porque el cliché de una persona sola es que está inconforme, sobre todo si es mujer.

Yo estoy muy agradecida con la suerte que tengo. Mis amigas ya van por dos divorcios o por los terceros matrimonios.

¿Por qué crees que la mayoría confunde estar soltero con estar solo?

Hay un estereotipo de familia… yo me acuerdo que mi abuelita sabía decir cuando yo tenía 15 años: “Uy, ya está en edad de merecer”. Siempre era divertido porque en mi familia querían que les presentara un novio y nunca les di ese gusto. Mis novios estaban bien escondidos.

¿Lo hacías por llevar la contra o por qué?

Sí, por llevar la contra.

¿La principal diferencia entre soltería y soledad?

Creo que la soledad malentendida está relacionada ya con otras cosas, como la depresión… porque uno en realidad nunca está solo, uno tiene familia, uno tiene amigos y no sé... otro tipo de compañías también. Al menos en mi caso, siempre he estado rodeada de libros, de música. No me he llegado a sentir sola. Talvez he tenido momentos medio ‘depres’ pero no por falta de compañía sino porque tienes algún problema. O sea, creo que sí hay momentos de soledad.

Momentos que tiene todo el mundo.

Claro. Una persona que esté rodeada de gente igual puede sentirse muy sola, muy triste. O una persona cuya familia no esté en muy buenas relaciones; o personas que igual estando con su pareja se sienten solas.

¿Por qué se mantiene esta idea de que si uno está soltero no tiene familia? Uno tiene papás, hermanos, primos, sobrinos…

Creo que tiene que ver el estereotipo de familia. También se cree que, si eres soltera, o eres rebelde o eres lesbiana o eres algo raro. A mí alguna vez me pasó eso, cuando tenía como 25 años, cuando decían: ¡Chuta, no se casa esta man!

¿Eras vista como rara?

Sí, pero después ya pasa. Porque empiezan a aparecer las amigas divorciadas por ejemplo, que vuelven a la soltería. Entonces ahí como que ya te igualas, ahí dejas de ser rara y dicen (de ella): “A lo mejor se divorció, se quedaría viuda”.

¿Sientes que hay una especie de sanción moral a la soltería en esta sociedad?

Creo que ahora ya no. En algún momento yo pude haberla sentido, porque me hacían bromas, y me preguntaban: “¿Cuándo te casas?” o “¿por qué no te casas? O me decían: “Presenta el novio”. Pero yo creo que ahora nadie pregunta estas cosas. El otro día buscando en los baúles de los recuerdos me encuentro con la invitación a mi bautizo y decía: “hija legítima de…”. Ahora nadie es hijo ni legítimo ni ilegítimo ni a nadie se le ocurre preguntar eso.

¿Por qué a estas alturas de la vida no hemos erradicado la idea de que la soltería es algo que las mujeres tememos y que los hombres anhelan o añoran?

¿Será? Hay ese chiste que dice: El rubio quiere ser moreno, el moreno quiere ser rubio; el gordo quiere ser flaco, el flaco quiere ser gordo; el soltero quiere ser casado y el casado quiere estar muerto (explota en grandes risotadas).

¿Entonces no sientes que esa idea permanece?

No sé. Creo que también es cosa de personalidad. Yo tengo amigas que realmente no pueden estar solas. Y sienten una frustración enorme de no estar con pareja, como que la vida no tuviera sentido. No creo que sea una cosa de la sociedad.

Ni de las mujeres.

No. Pero sí hay mujeres que no pueden estar solas.

¿Conoces hombres a los que les pase eso?

También; que no han tenido hijos y que sienten una frustración muy grande.

Pero eso no es patrimonio de hombres ni de mujeres, solo que el sistema nos mete cosas en la cabeza.

Eso sí, el sistema de mercado puede ser… Ahora, también la sociedad se está volviendo más conservadora. Creo que ahora los jóvenes son más tradicionalistas.

¿En qué notas eso?

En el matrimonio.

Hubo una época en la que nadie se casaba y ahora todos quieren casarse.

Sí, yo al menos veo eso. Veo que tienen esa idea de familia.
Piensa en dos o tres cosas que has hecho y puedes hacer porque estás soltera.

Creo que haber trabajado en el Oriente; haber podido irme sin dar razón a nadie. Creo que la escritura también, porque es de esas cosas que toman tiempo y que de pronto son incomprendidas, porque qué hace uno en la casa horas de horas escribiendo o viajando para hacer alguna investigación. Y el periodismo mismo es un oficio que en pareja debe ser más jodido, creo. Yo me acuerdo de esos turnos hasta las tres de la mañana… Muchas familias se han roto en el oficio.

Ahora puedes pensar en cosas que no puedas hacer por la misma razón, porque estás soltera.

(piensa un rato) Creo que todo se puede hacer.

¿Cuáles son las lecciones alegres de la soltería te ha dado hasta ahora?

Todas. A mí siempre me ha gustado estar sola. Salí de mi casa muy temprano; a los 19 años empecé a vivir sola. Y siempre he disfrutado la soledad, nunca la he sufrido. Hay gente que tiene miedo de dormir sola, por ejemplo. No he echado en falta una pareja estable ni mucho menos.

Además la soltería viene y va. No es permanente.

No pues. Y yo he sido muy feliz estando sola, de verdad. No he tenido hijos, pero como dice el dicho: Al que Dios no da hijos, da sobrinos. Tengo unos sobrinos a los que adoro, con los que digamos que mi instinto maternal se ha sentido pleno. Tengo una madre que ha sido mi amiga, mi compañera, mi confidente, con quien nos hemos llevado muy bien siempre y ahora estoy viviendo con ella, acompañándole. Lo cual al principio era raro, porque he vivido muchos años sola.

¿Qué deberíamos aprovechar para hacer en los períodos de soltería que a veces tenemos?

¡Uy!, leer, escuchar música, ir al cine, viajar. Yo creo que viajar es lo que más se puede disfrutar cuando se está soltero.

¿Qué opinas de este otro cliché: la gente que está soltera mucho tiempo se vuelve egoísta?

Hay egoístas acompañados también, no es patrimonio de los solteros el egoísmo. Lo que sí se vuelve uno es un poco temático. Qué bestia, estoy con unos temas...

¿Cuáles?

Tengo un cierto orden; las cosas solo se arreglan de una cierta manera. Y también me gusta estar acompañada, hacer la comida para toda la familia, hacer un pastel y que vengan los sobrinos a la casa.

Claro, la soltería es multidimensional, no es de una sola forma.
Tengo un recuerdo de infancia de unas tías abuelas que vivían en Estados Unidos y todas eran solteras. Eran bien lindas. O sea, eran bien tías. La situación de tía es muy bonita.

¿Cómo definirías ser tía?

Es una situación bonita, porque les quieres, pero no les tienes que retar ni educar. (los sobrinos) Son esos seres que están ahí para que les malcríes, les des golosinas. La imagen que tengo de mis tías es de unas señoras que vivían solas y que eran absolutamente generosas; unas señoras que migraron solas, que se hicieron la vida allá. Nunca oí que nadie les señalara por ser solteronas.

Si pudieras crear una definición de la palabra soltería, ¿cuál sería?

Para mí es una palabra que está ligada a la libertad. Incluso si mantienes relaciones afectivas, que sean relaciones libres, que no lleven a la dependencia. Me parece que es una palabra que está ligada a eso: a la no dependencia.

Milagros Aguirre

Nació en Quito en 1967. Estudió periodismo en la U. Central. Comenzó como periodista cultural en diario Hoy y luego fue editora de Cultura en El Comercio; en el cual ahora escribe columnas de opinión. Fue directora de la Fundación Labaka y editora en el CICAME. Actualmente es editora general de la editorial Abya-Yala. Ha publicado nueve libros; varios de ellos sobre la Amazonía.

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