Arqueólogos mexicanos develan templo azteca bajo terrenos de hotel

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Este descubrimiento "es un nuevo acercamiento al esplendor de la ciudad prehispánica de Tenochtitlán", dijo la ministra de Cultura de México, María Cristina Cepeda García.

Este descubrimiento "es un nuevo acercamiento al esplendor de la ciudad prehispánica de Tenochtitlán", dijo la ministra de Cultura de México, María Cristina Cepeda García. Foto: Captura

Arqueólogos mexicanos mostraron este miércoles 7 de junio de 2017 por primera vez los vestigios circulares de un templo azteca dedicado al dios del viento y de una cancha de pelota prehispánica, descubiertos en el centro de Ciudad de México bajo terrenos de un hotel.

En el sitio, situado detrás de la Catedral, se halló una ofrenda ritual conformada por los conjuntos de cervicales de cuello de 32 personas, en su mayoría adultos jóvenes pero también niños, que fueron presuntamente sacrificados de manera ritual.

Este descubrimiento "es un nuevo acercamiento al esplendor de la ciudad prehispánica de Tenochtitlán", dijo la ministra de Cultura de México, María Cristina Cepeda García. Pero, además, tiene una historia peculiar.

Los arqueólogos detectaron los primeros indicios en 2009, cuando los dueños del Hotel Catedral, que tiene entrada por una calle paralela, les pidieron examinar los fondos de su propiedad en la calle Guatemala 16 porque querían construir una ampliación.

Video: Facebook, cuenta: Instituto Nacional de Antropología e Historia

Sabían que ahí podía haber vestigios, porque esa parte del centro histórico de la Ciudad de México está construida sobre el antiguo recinto ceremonial de México-Tenochtitlán, la capital de los aztecas, que se estima que tenía unas 70 edificaciones.

En el centro de la capital mexicana continuamente se hacen hallazgos y hay que pedir autorización al Instituto Nacional de Antropología e Historia para cualquier obra. Después de varios años de trabajo en distintas etapas, finalmente los arqueólogos consiguieron develar una parte del templo y de la cancha del juego de pelota, donde, según dijo el arqueólogo Raúl Barrera durante un recorrido, presumiblemente jugó alguna vez el mismo emperador azteca Moctezuma.

El templo está dedicado a Ehécatl-Quetzalcóatl (dios del viento) y fue construido dentro del periodo de 1486 a 1502. Está formado por una estructura rectangular de 34 a 36 metros de longitud y dos cuerpos circulares adosados, el mayor de los cuales se calcula que tiene 18 metros de diámetro.

Sólo una cuarta parte quedó develada, ya que para descubrirlo por completo se necesitarían hacer excavaciones en edificios contiguos, entre ellos en el vecino Centro Cultural de España, donde ya hay un museo de sitio por un descubrimiento previo, y debajo de la calle Guatemala por donde se extendía el juego de pelota, del cual sólo se develó una parte de una escalinata de nueve metros de ancho.

Los vestigios, que están a pocos metros del Museo del Templo Mayor de los aztecas, en el futuro formarán parte de un museo de sitio subterráneo que convivirá de manera armónica con la futura ampliación del hotel, que es el que está financiando todo el proyecto arqueológico.

"Afortunadamente contamos con el gran apoyo del propietario", dijo Barrera, responsable del proyecto de arqueología urbana en Ciudad de México, que se lleva a cabo desde hace 40 años. "Nosotros estamos convencidos de que el pasado puede convivir con el presente. Ellos harán su obra, nosotros un museo subterráneo".

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