El auditorio de la Universidad Andina, en Quito, se transformó por unos minutos en un centro de ceremonias ancestrales. Un intenso aroma a incienso y flores secas invadió el salón. Mujeres y hombres afroecuatorianos realizaron una ceremonia de purificación. En el centro del círculo que formaron se colocó un manto con incienso, pétalos de flores y hierbas. La idea fue transmitir energías positivas para el I Congreso Nacional Afroecuatoriano de Salud y Medicina Ancestral e Intercultural. Luego realizaron una limpia a las autoridades que asistieron a la inauguración.El congreso durará tres días. La idea es elaborar un esbozo sobre nuevas políticas de medicina ancestral e intercultural. Alejandrina Quiñónez, de 80 años, participó en el ritual. Los collares de piedras rojas, plateadas y amarillas colgaban del cuello y combinaban con el vestido blanco que lució para la ocasión. “El ritual es necesario para que existan buenas energías”.Ella es s oriunda de Quinindé, Esmeraldas, y practica la medicina ancestral en Durán, donde hoy reside. Quiñónez heredó los saberes de la medicina ancestral de su madre, quien es partera y de su padre y su tío, también curanderos en su tierra natal. La mujer de delgada contextura cuenta que atiende a niños, jóvenes y adultos que padecen de mal aire, de dolores de cabeza y de estómago. Sus conocimientos sobre la medicina alternativa, combinada con su profesión de enfermera, la ayudan a tratar a los pacientes que van a su casa. Ella acudió al congreso por un motivo. Quiere que la medicina ancestral deje de ser considerada “cosas de brujería. No somos hechiceras, sino personas que curamos con lo que nos enseñaron nuestros antepasados”. David Chiriboga, ministro de Salud, quien inauguró oficialmente el congreso, explicó que el objetivo de este espacio es el reconocimiento formal a la medicina tradicional. “Se trata de delinear políticas concretas sobre este tipo de medicina. En este encuentro se recogerán las experiencias de todo el país”. Chiriboga explicó que ya se han dado pasos importantes para incorporar métodos de la medicina ancestral en la formal. Ese es el caso de los partos verticales (costumbre indígena). “Este procedimiento se ha implementado en algunas casas asistenciales. Hay capacitación constante a los médicos”. Quiñónez espera que luego del congreso se puedan también delinear políticas estatales para la práctica de este tipo de medicina sin prejuicios sociales.