Imagen referencial. McDonald’s quiso abrir un restaurante junto a una catedral en Florencia que es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Foto: Wikicommons.
Tras las protestas en Roma por una filial de McDonald’s, se agrava la tensión también en Florencia con la cadena de comida rápida estadounidense, que presentó una demanda contra el ayuntamiento de la localidad italiana.
La compañía exige 18 millones de euros de indemnización debido a que hace unos meses le prohibieron abrir un restaurante junto a la famosa catedral.
“Nosotros estamos de acuerdo en que hay que proteger el legado histórico, así como los centros históricos italianos”, señaló hoy (8 de noviembre de 2016) McDonald’s. “Pero no podemos aceptar una regulación discriminatoria que perjudique la libertad de la iniciativa privada”, dijo. La catedral se encuentra en el centro histórico de Florencia, que forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
“Nosotros no le dijimos no a McDonald’s, le dijimos no allí”, dijo a DPA el concejal municipal responsable del área de Economía y Turismo, Giovanni Bettarini.
La empresa propuso abrir un restaurante de mayor calidad, en el que se empleasen productos locales. “Hemos reconocido los esfuerzos, pero consideramos que no es suficiente”, manifestó el concejal. En la zonas de Patrimonio de la Humanidad, agregó, se priorizan negocios tradicionales.
Tras las protestas de los residentes de la ciudad, el alcalde de Florencia, Dario Nardella, también se manifestó contra McDonald’s. La empresa estadounidense también tiene problemas en Roma, donde quiere abrir un restaurante en las inmediaciones de la plaza de San Pedro. La cadena de comida rápida alquiló el local al Vaticano, lo que enojó a algunos cardenales.
En Italia, una disputa legal puede prolongarse durante años. En el país hay 540 restaurantes de McDonald’s y nueve de ellos están en Florencia.
El escepticismo que existe con McDonald’s en el país de la pizza y la pasta, con una cultura gastronómica muy tradicional, se puede ilustrar con el nacimiento del movimiento slow food, que promueve una alimentación sana basada en productos regionales.
Surgió en Italia en 1986 y el detonante fueron las protestas contra la apertura de una filial de McDonald’s junto a la plaza de España en Roma.