Nadie sabe con exactitud cuántos aún sobreviven. Pero sus defensores coinciden en que los taromenane y tagaeri constituyen las dos últimas comunidades en aislamiento o no contactadas que superviven en la Amazonía ecuatoriana.
En los dos últimos años se advirtieron más peligros que incluso causarían su exterminio a causa de encuentros inesperados en zonas como el campo petrolero Armadillo y sus alrededores. Este se encuentra a unos 60 km de Orellana.
Antes del 2003 no hubo evidencias de su presencia. Pero a partir de la matanza de 20 mujeres y niños tagaeri en Cononaco, Chico, hay indicios que estos pueblos se desplazaron.
En un monitoreo del Centro de Investigaciones Culturales de la Amazonía Ecuatoriana (Cicame), en el 2006, se detectaron casas y chacras, aunque pocas.
Desde el 2008 la presencia de estos pueblos es más notoria. A ellos se refieren los testimonios de huaoranis y colonos, recopilados por el Proyecto Pueblos Ancestrales y del Plan de Medidas Cautelares del Ministerio del Ambiente (MAE). Los rastreos satelitales también los detectan.
Ambos informes advierten de al menos 29 avistamientos o indicios de su presencia en el costado oeste del Parque Nacional Yasuní, en el territorio huaorani y en sus linderos. La mayoría se registró en zonas hoy ocupadas por comunidades huaorani, asentamientos de colonos y por campos como el de Armadillo.
El monitoreo del MAE, por ejemplo, determinó 11 evidencias dentro y en las cercanías de Armadillo. Uno de estos incluso provocó la muerte con lanzas de una mujer y dos de sus hijos (colonos); el tercero (un bebé) fue raptado y luego recuperado. Esa tragedia sucedió en el sector Los Reyes, el 10 de agosto del 2009.
Frente a esos hechos, los defensores insisten en que se prohíba el reinicio de las actividades petroleras en Armadillo. Por ejemplo, el Comité Permanente de Derechos Humanos de Orellana y la Asociación de Líderes Comunitarios Red Ángel Shingri pidieron la aplicación de medidas cautelares (protección) para los tagaeri y taromenane.
Sin embargo, esos intentos tuvieron un tropiezo. La semana pasada, el Juzgado de Garantías Penales de Orellana ratificó la decisión de no impedir el ingreso de las cuadrillas de la compañía Petrotesting Colombia, adjudicataria del Campo Armadillo.
En tanto, la ministra del Ambiente, Marcela Aguiñaga, insistió en que se trata de pueblos nómadas. “Se les creó una Zona Intangible para protegerles a perpetuidad”. Agregó que el MAE no es el único responsable, ya que existe un comité interministerial integrado por Patrimonio, Justicia, Ambiente, Salud, Turismo y otros. “Yo puedo responder por el MAE y dentro de su ámbito de competencia”.
El año anterior ocurrió un cambio de operadores de Armadillo (ver recuadro). De allí que, el MAE, a través de la Subsecretaría de Calidad Ambiental, pidió una auditoría ambiental del campo petrolero antes de reiniciar las actividades.
Se pidió que en la evaluación participen entomólogos, biólogos sociólogos, antropólogos y más especialistas. Pero se recomendó que este equipo deberá ingresar con resguardo militar para proteger la integridad de sus miembros.
Aún así Petrotesting alegó que “(‘) el Campo Armadillo, no es colindante y se encuentra alejado de la Zona Intangible y de la Zona de Amortiguamiento (…)”.
En el oficio remitido por Luis Arauz, representante legal de la petrolera-se aduce que las señales de los tagaeri y taromenane no están dentro de Armadillo, por lo que las disposiciones del MAE no tendrían suficiente sustento legal para su aplicación.
En cambio, el juez Álvaro Guerrero al negar las apelación indicó que “(‘) la actividad petrolera en nuestro país está legalmente aprobada y sustentada en la Constitución (‘)”.
Pero Milagros Aguirre, investigadora sobre pueblos aislados, señaló que hay un código de conducta firmado por las petroleras. “Allí se advierte que en caso de avistamientos, se debe suspender toda actividad donde sea que aparezcan estas comunidades”. Hoy a la defensa de estos pueblos le queda recurrir al Tribunal de Garantías Constitucionales y a la Defensoría del Pueblo. Además, hay pedidos de protección ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y las Naciones Unidas.
Pocas reservas en el Armadillo
El Campo Armadillo dispone únicamente de un pozo vertical exploratorio (Armadillo-1). Este fue perforado por Petroproducción en julio de 1995 y a una profundidad de 11 155 pies.
Las reservas remanentes a diciembre 31 del 2008 eran de 9 065 643barriles de petróleo.
Además, según el Ministerio de Recursos no Renovables, el campo no tiene facilidades de producción y oficialmente fue declarado campo marginal.
Aún así, el contrato de exploración de petróleo crudo y exploración adicional de hidrocarburos para el Campo Marginal Armadillo se firmó el 27 de febrero del 2009. Participaron el Estado ecuatoriano, a través de Petroecuador y
su filial Petroproducción, y el Consorcio Energético Gran Colombia. Este contrato tendrá una vigencia de 20 años.
En tanto, la ministra del Ambiente, Marcela Aguiñaga, insistió en que se mantendrá en la decisión de exigir que se cumpla con el pedido de auditoría ambiental en el sitio. “Eso para saber cuáles son los activos que han quedado de las anteriores operaciones y sobre qué deberá luego responder Petrotesting”.