En las celebraciones religiosas de la cultura afroesmeraldeña, la marimba es uno de los elementos importantes. Foto: Agencia AFP
Desde ayer, la marimba esmeraldeña se convirtió en la segunda expresión cultural ecuatoriana -la primera fue el Saber ancestral del tejido tradicional del sombrero de fino de paja toquilla– en ingresar a la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, de Unesco.
Este reconocimiento incluye al conjunto de saberes y conocimientos que están alrededor de la marimba. Expresiones que según el antropólogo ecuatoriano Pablo Minda han sido protegidos por la población afroesmeraldeña desde inicios del siglo XVII.
Este reconocimiento se logró a través de la presentación de una candidatura binacional entre Ecuador y Colombia titulada “Músicas de marimba, cantos y danzas tradicionales de la región del Pacífico Sur colombiano y la provincia de Esmeraldas de Ecuador”.
Antes de presentar esta candidatura binacional, el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC), realizó una investigación de carácter participativo con más de 400 portadores -cantores, arrulladores y promotores culturales- de esta expresión cultural.
Uno de los portadores que participó en esta investigación fue el músico esmeraldeño Larri Preciado. Para él, este reconocimiento es importante porque las expresiones culturales del pueblo afroesmeraldeño siempre han sido relegadas a un segundo plano. “La marimba es parte de la herencia de nuestros ancestros. Para nosotros ocupa el mismo lugar que para otras culturas instrumentos como el piano”.
Para Minda este reconocimiento también ayudará para que las personas vean a la marimba más allá del ámbito folclórico vinculado a la música y descubran otras expresiones culturales vinculadas a este instrumento.
Una de ellas es la religiosa, por medio de los arrullos que se cantan a los santos; las salves que se entonan cuando muere un adulto; o los chigualos que se afinan cuando fallecen los niños.