Se hallaron estructuras domésticas, de bodegas, de uso ceremonial y agrícolas. Foto: Cortesía INPC
El bosque nublado surgió como la última frontera conquistada por la cultura manteña (desde el año 500 al 1534 D.C) en la Costa ecuatoriana, según se desprende de los resultados de las excavaciones arqueológicas en el bosque nublado El Pital. El lugar está ubicado a 10 kilómetros del cantón Puerto López, en el sur de Manabí.
Los valles aluviales con su abundante flora silvestre proporcionaron recursos cruciales para el desarrollo de una tecnología prehispánica de navegación como la balsa, pero también chontas, lianas y caña guadúa.
Las excavaciones arqueológica en el recinto Río Blanco y en el valle de la Mocora han detectado la presencia de decenas de estructuras manteñas en el bosque nublado, a lo largo del Río Blanco.
“Hemos trabajado en el área en los últimos siete años y hemos registrado más de 100 estructuras asociadas a la cultura manteña”, informó la arqueóloga guayaquileña Valentina Martínez, docente del departamento de antropología de la Florida Atlantic University. Agregó que se trata de vestigios hechos en piedra sobre las que se construían las paredes con quincha, una técnica que perdura en zonas de Manabí.
Las estructuras funcionaban como cimientos de viviendas y de bodegas, también se detectaron terrazas agrícolas y plataformas de uso ceremonial y socioeconómico. En la etapa de prospección se detectó la modificación de la montaña de manera antrópica con la finalidad de acoplar las estructuras (terrazas y plataformas).
Según la especialista, la cantidad de estructuras y la diversidad de tamaños relataron que allí hubo un asentamiento permanente. “Los manteños tuvieron que adaptarse y desarrollar estrategias adecuadas para vivir en ese medio ambiente y conquistaron el bosque nublado como una última frontera”, contó la doctora en arqueología.
Los equipos se encuentran en el proceso de excavación de una vivienda prehispánica. Foto: Cortesía INPC
Los equipos realizan la excavación de una vivienda prehispánica, la cual develará sus etapas constructivas y la secuencia de ocupación en el territorio, indicó el investigador ecuatoriano Andrés Garzón, en proceso de doctorarse por la universidad de Florida. Lo último que hicieron los ocupantes al parecer fue enterrar a un perro, con una ofrenda grande para la mascota.
Martínez coordinó la más reciente campaña de intervenciones arqueológicas en el sitio, durante las últimas seis semanas, con colaboración de miembros de la comunidad y junto a personal del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC).
La Escuela de Campo de Florida Atlantic University ha trabajado en el sur de Manabí por los últimos 22 años en Salango -su base de operaciones-, en El Pital y en Río Chico.
En esta zona de la parte sur de Manabí se refiere la existencia de un gran señorío manteño: el de Salangome. Los investigadores creen haber finalmente delimitado las fronteras del señorío en el sur de la provincia, donde han investigado más de 300 sitios arqueológicos. De esa cantidad, más de 200 han sido manteños. “Para la época anterior a la llegada de los españoles tenemos un territorio organizado, jerarquizado, que se dedicaba a la pesca, a la agricultura y el comercio, una civilización con un desarrollo bastante avanzado”, refirió Martínez.
El programa tiene como objetivo la recuperación del pasado ancestral de las poblaciones, el rescate de tradiciones y tecnologías locales y va acompañado de un trabajo etnográfico con los pobladores.
En El Pital la idea es avanzar ahora hacia la creación de un centro de interpretación cultural para que se incorpore un recorrido por las estructuras ancestrales y por los restos de piezas arqueológicas hallados en el lugar a la oferta local de ecoturismo y de caminatas por el bosque nublado, que ya existen en la zona.