Este loft del edificio Avant Plaza tiene 100 m². El estucado policromo pone el carácter. Foto: EL COMERCIO
Un espacio habitacional con acabados industriales, es decir con paredes de ladrillo, pisos de concreto, … podría imaginarse como algo poco estético para la vista.
Sin embargo, ese tipo de inmuebles, bautizado como loft, ha tomado fuerza en el país desde hace una década.
Su nacimiento se remonta a la ciudad de Nueva York de los años cincuenta y sesenta.
Originalmente eran bodegas o fábricas abandonadas que fueron rentadas por artistas y que, con el paso del tiempo, ganaron sofisticación, explica el diseñador de interiores cuencano Daniel Ullauri Andrade.
Santiago Vidal, propietario de la constructora Vico Arquitectos, explica que la tipología arquitectónica está dada por espacios a doble altura, mucha luminosidad y todas las áreas comunicadas visual y estructuralmente.
Paredes y puertas son escasas. El resultado es un lugar muy amplio y cómodo.
En la actualidad, la idea romántica del loft, prácticamente, se extinguió. Estas tipologías ya no se adaptan de factorías abandonadas, sino que forman parte de conjuntos de alta gama en sitios de gran plusvalía y estatus.
Un ejemplo es el edificio Avant Plaza, situado por el parque La Carolina. El loft modelo (100 m²) tiene un ventanal piso-techo, en lugar de pared, por donde se iluminan cocina, comedor, dormitorio y sala, todos en un solo ambiente.
Su agregado es un baño social, un pequeño estudio y un ‘walk in closet’ (vestidor) amplio.
El piso tiene porcelanatos tipo madera, muy de moda, asegura Vidal.
“Aunque, para romper paradigmas, se pueden usar planchas metálicas, como las de los autobuses”.
Enzo Cucalón, diseñador de Creática, intenta mantener vivo el espíritu. En el desván de un edificio en El Batán adecuó un loft de 114 m² . Utilizó estructuras de acero para levantar las cornisas de las amplias ventanas, por las que la ciudad, llena de agitación, se disfruta de forma apacible.
Tuberías, cableado de luces, interruptores, techo y paredes son vistos. La cocina tiene acabados de acero inoxidable. Incluso el extractor de olor es de tipo industrial. Este espacio y el comedor forman un área mixta.
Los expertos recomiendan que las cortinas, en caso de utilizarse, sean de estilo moderno. La iluminación, lo más alejada de lo tradicional. Los dicroicos focalizados son una buena opción. Los LED, otra.
Ullauri afirma que los lofts tienen dormitorios que están integrados a las demás zonas, pero que no es una regla unívoca.
Hay lofts que tienen alcobas separadas por paredes del resto de ambientes. “Todo se basa en la necesidad de la persona que lo va a habitar”.
Otra característica es que tienden a llevar una decoración muy minimalista; como se dice comúnmente, menos es más, explica Ullauri.
Pero ni esto es un axioma, explica la corredora de bienes raíces Ligia Ortiz.
“Una muestra de esto es la gran demanda que tienen los lofts ubicados en el Centro Histórico de Quito, donde se fusionan de forma armoniosa varios estilos en la misma estancia.
Tanto en la decoración como en el equipamiento y mobiliario. Los baños y cocinas, principalmente, son de corte contemporáneo, porque los antiguos eran antifuncionales y oscuros”.
Es normal en estos espacios usar elementos reciclados que complementan una decoración minimal. Por estas razones, es normal que un loft tenga rasgos intelectuales y bohemios, dice Ullauri.