El viento helado del páramo obliga a Manuel Veintimilla a abrigarse. Es el primer día de clases.
Este maestro de 59 años trabaja en la escuela unidocente Camilo Destruge de la comuna Isinche Guambaló, a 5 kilómetros del centro de Pujilí, en Cotopaxi.
A las 06:45, el hombre de mediana estatura sale de su casa. Reside en el barrio San Buena Ventura, en el ingreso a la ciudad.
Viste un impecable terno color verde petróleo, corbata y zapatos negros. Para llegar al centro educativo alquila una camioneta. El flete le cuesta USD 4. Consuelo Salazar, maestra de cultura estética, lo acompaña.
Tras 10 minutos de recorrido, por una vía asfaltada pero estrecha, llega al pueblo de casas dispersas. Las viviendas en su mayoría son de una planta, con paredes de ladrillo y techado de teja.
Todas evidencian la pobreza en la que viven las 50 familias que allí habitan.
Alrededor, las chacras están secas. Este año nadie sembró maíz ni chochos. La falta de agua de riego y las esporádicas lluvias provocaron la emigración de la gente. Isinche es silencioso. Pocas personas caminan por las calles polvorientas. Manuel cuenta que antes la comunidad estaba habitada por unas 70 familias. Ahora solo se ven adultos mayores y pocos niños: la mayoría se fue con sus padres a buscar trabajo en Latacunga, Quito, Salcedo y Ambato.
En la escuela casi no hay nadie. El año pasado terminó el ciclo con seis alumnos. Tres de ellos culminaron el octavo de básica.
El profesor lamenta que en sus 14 años como maestro no haya llegado ayuda estatal.
“Nadie va a matricularse hoy. Creo que me quedé sin alumnos. Los niños se van porque no hay computación ni inglés”, comenta mientras limpia los polvorientos pupitres de madera despintados y rayados por los años.
Desde la ventana del aula, Manuel mira llegar a Viviana Jácome con su hija Nayely, de ocho años.
Es la primera alumna. Viviana, de 35 años, que antes vivía en Latacunga, regresó para acompañar a su suegra, de 70 años.
Pasan 60 minutos y no llega nadie más. El profesor decide visitar a los estudiantes en sus casas.
A 200 metros vive Cinthya Topa, de 11 años. No fue porque se quedó dormida. Su abuela, Santos Cayo, de 73 años, es su representante. “Estaba con miedo de que la escuela no se abra este año. Gracias a Dios está el profesor”, dice. Santos tiene 9 hijos. pero ninguno se quedó en el pueblo.
De pronto, por la vía asfaltada, maestro y alumnos se dirigen a la escuela. Los niños visten pantalón azul, camisa blanca y suéter. Las niñas, pantalón jean, medias blancas, blusa y suéter azul.
Los cuatro se forman e izan una descolorida bandera patria.
En el lugar hay espacio para 90 estudiantes con sus respectivos pupitres. Los libros, armarios y el escaso material didáctico permanecen apilados hacia los costados de la despintada construcción con techo de fibrocemento y una deficiente iluminación.
Jornada incompleta en Cuenca
Desde las 07:00, las calles de Cuenca soportaron un alto tránsito de transportes particulares y buses que circulaban llenos de alumnos. Muchos padres dejaron sus tareas habituales para acompañar a sus hijos, conocer a los maestros y escuchar de las autoridades consejos básicos.
Tras la inauguración, los niños retornaron a sus casas y pocas escuelas laboraron media jornada. Entre ellas: María Auxiliadora, Miguel Ángel Estrella, Luis Cordero, Los Andes, Nicolás Sojos. La 3 de Noviembre laboró jornada completa, mientras que la escuela Federico Proaño retrasó el inicio de clases. La directora provincial de Educación María Eugenia Verdugo, recalcó que en este último caso deberán completar los 200 días dispuestos.
Redacción Cuenca
Penipe, con escuela del Milenio
Penipe (Chimborazo) cuenta con una escuela del Milenio. Ayer, el vicepresidente, Lenín Moreno, inauguró este centro educativo de dos pisos y 2 000 m² de construcción.
La institución contará con canchas de fútbol, básquet, espacios verdes, laboratorios de física, química e informática. Esta previsto que estudien 500 niños y niñas.
Redacción Sierra Centro
7 planteles no abrieron en Loja
Hasta ayer siete planteles de la capital lojana están siendo utilizados como albergues para los visitantes que llegan por las fiestas en honor a la Virgen de El Cisne. Estos establecimientos son: los colegios Beatriz Cueva y Adolfo Valarezo, y las escuelas Julio Ordóñez, Cuarto Centenario, 18 de Noviembre, Filomena Mora y Miguel Riofrío.
Las clases ahí empezarán el próximo lunes. En el resto de los establecimientos las labores se iniciaron ayer con normalidad en los planteles con régimen Sierra en la provincia de Loja.
Son alrededor de 570 establecimientos ubicados en los cantones Loja, Saraguro y Catamayo.
Según la Jefa de Régimen Escolar, Sara Veintimilla, en todos el inicio del año escolar se dio con normalidad y de acuerdo con lo estipulado por el Ministerio. Redacción Loja