Adela García ha ideado varios modelos: zapatos, carteras, búhos, zanahorias… Foto: Patricio Terán/ EL COMERCIO
Una casa que incluye plantas y flores en su decoración es sinónimo de alegría y vida. Y si a estas se suman macetas pintadas, el ambiente es completo.
Este tipo de decoración nació hace dos años y medio con la Pintora de Macetas, propiedad e iniciativa de Adela García.
Una línea interesante es la cinematográfica, con imágenes de afiches de películas clásicas: ‘El chico’, de Charles Chaplin.
De gran acogida -dice García- es el estilo surrealista plasmado en recipientes de cerámica, de variadas formas.
Este taller moldea sus propias macetas -en barro refinado- con formas de búhos, zapatos, peces, carteras… Incluso elabora figuras humanas.
En la vasija pueden plasmarse fotografías, dibujos de animales, paisajes… a pedido del cliente. Los colores se escogen de acuerdo con el ambiente en el que vayan a utilizarse.
García también decora eventos, en los que se incluye la entrega de pequeñas macetas, como una especie de recuerdos. Esta tienda trabaja con pinturas acrílicas y de esmalte al agua de alta calidad, ideales para soportar las condiciones ambientales de exteriores.
Antes de darles color se aplica una goma laca. Y al final del proceso: impermeabilizante. Así se forma una capa plastificada que evita la humedad.
Los precios de los objetos varían según la complejidad y los acabados de las obras. El más módico es de USD 11. Un complemento para lucir mejor estos productos son los portamacetas de bicicletas, carretas y escaleras, trabajados en hierro forjado. Los costos varían entre USD 76 y USD 190.