Las distintas caras de lo erótico en las letras ecuatorianas

En el país, los escritores ecuatorianos han narrado la experiencia del eros desde el cuento, la poesía, la novela y el periodismo. Foto: Wikicommons.

En el país, los escritores ecuatorianos han narrado la experiencia del eros desde el cuento, la poesía, la novela y el periodismo. Foto: Wikicommons.

En el país, los escritores ecuatorianos han narrado la experiencia del eros desde el cuento, la poesía, la novela y el periodismo. Foto: Wikicommons.

Más de 31 millones de copias vendidas a lo largo del mundo han colocado a la trilogía de E.L. James, ‘50 sombras de Grey’, entre los libros referenciales del siglo XXI.

Y aun cuando las voces en su contra se han levantado por cuestiones como su estilo o propuesta literaria -Stephen King se refirió a este libro ­como “basura, porno para mamás”-, no se puede desmerecer un hecho muy concreto: la literatura erótica tiene un espacio preferencial entre los lectores.

Sin embargo, en un país como Ecuador, donde los índices de lectura apuntan a 0,5 libros al año por persona (Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe - Cerlalc), otros títulos de la tradición erótica nacional pueden fácilmente pasar desapercibidos.

En parte, por el desinterés por el libro. Pero también, y en contraste con el fenómeno de ‘Cincuenta sombras de Grey’, por el mercadeo que no ha acompañado a los libros ecuatorianos.

Uno de aquellos libros que muestra la actualidad de la narrativa erótica ecuatoriana es ‘Amor y desamor en la mitad del mundo’, editado por Raúl Vallejo y en el cual se brinda una panorámica de las últimas cinco décadas en la cuentística nacional.

Son 27 cuentos que muestran, de una u otra forma, una mirada cultural sobre la construcción de estos sentimientos en las distintas sociedades del país. Miguel Donoso Pareja, Abdón Ubidia, Eliécer Cárdenas, María Fernanda Ampuero, Sharvett Katán Hervas...

Las edades y los nombres de los autores que constan en esta publicación son una muestra de las distintas miradas que se han forjado en el país en torno a la experiencia sensual.

Y es que, como diría Roland Barthes en ‘El placer del texto’: “Si leo con placer esta frase, esta historia o esta palabra es porque han sido escritas en el placer”.

En ese sentido, para armar un mapa de la literatura erótica nacional no se pueden excluir textos como ‘Angelote, amor mío’, cuento con el que, en la década de 1980, Javier Vásconez muestra que las placenteras y trágicas pasiones subyacen a toda experiencia amorosa, independientemente del género y orientación sexual de los amantes.

¿En este mundo erótico-literario se pueden establecer diferencias entre la escritura masculina y femenina? Tal vez la respuesta a esta inquietud estaría en una revisión en ‘La voz de Eros’, editada por la poeta Sheyla Bravo y en la cual se presenta panorámicamente a la mujer en su faceta como autora de la experiencia sensual. Son dos siglos de historia literaria reunidos en un libro que cuenta con la presencia de 110 poetas.

En el tratamiento de lo erótico, y entre los últimos títulos que han salido a la luz, vuelve Vallejo nuevamente a la discusión de este tema en ‘Pubis equinoccial’. Estos son cuentos en los que el autor centra la mirada en personajes que transgreden los parámetros culturales tradicionales en el momento que exploran el mundo de lo sensual y de lo sexual.

Ya en el territorio de la poesía, entre los títulos más recientes de este estilo se encuentra ‘La miel de la higuera’, poemario en el que el cuencano Cristóbal Zapata desarrolla la idea del eros desde distintos frentes. De este modo, este es el deseo vibrante del amante. También es el placer fugaz de una noche de encantos.

Al revisar los cuentos que hablan de la actualidad del erotismo en las letras ecuatorianas, vale mencionar el trabajo realizado por Dalton Osorio y Marcelo Báez Meza en ‘El escote de lo oculto’.

Esta es una selección de textos en los que aparecen los nombres de Jorge Dávila Vásquez (‘De importación directa’), Maritza Cino (‘Crematorio’), Lucrecia Maldonado (‘Verónica’), Sonia Manzano (‘Episodio de Sor Donatella’), entre otros autores.

Entre lo literario y lo periodístico, Rafael Lugo Naranjo se inserta en esta construcción del eros ecuatoriano gracias a su libro ‘Las 50 sombras del buey’, una recopilación de sus artículos publicados en revista Soho.

Aun cuando no todos topan este tema en específico, una parte de ellos permite entender cómo el universo editorial ecuatoriano encuentra rutas -como la columna- de opinión para desfogar la sensualidad, lo placentero y lo carnal de las relaciones humanas.

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