Los estudiantes se benefician del uso de herramientas tecnológicas para su proceso de aprendizaje. Foto: Flickr.
Las listas de útiles ya no son como antes. “Me piden una ‘flash memory’, programas para computadoras y otras cosas que en nuestra época jamás hubiésemos imaginado”. Sandra Egüez, pedagoga, recuerda que cuando ella estaba en el colegio lo más tecnológico era una máquina de escribir. Hoy sus hijos ya no utilizan este artefacto. En su lugar usan tabletas, computadoras y teléfonos inteligentes.
Para ella, la introducción de nuevas tecnologías en el sistema educativo es una ventaja. “Tienen acceso a una cantidad de información inmensurable. Pueden aprender sobre otras culturas con solo escribir algo en un buscador”, indica.
Las aulas de clases son cada vez más amigables con la tecnología. Los estudiantes aprenden desde temprana edad a investigar y utilizar herramientas del siglo XXI. “Les toma uno o dos días aprender a usar un programa”, indica Francisco Puente, ingeniero en Sistemas. Él piensa que actualmente el mercado tiene variedad para que los padres puedan escoger la mejor opción para sus hijos en temas de utilidad y también de seguridad.
“Se puede controlar y cuidar la privacidad de los hijos utilizando un software de protección infantil”, señala. Para él,
a pesar de que el uso de la tecnología esté cada vez más presente en las aulas no se deben dejar de lado las precauciones. “Los padres deben saber a qué tipo de tecnología tienen acceso los niños”, dice.
Algunas empresas han desarrollado aplicaciones para que los estudiantes puedan mejorar sus habilidades. Hay otras para mantener comunicación entre padres y maestros, para practicar las operaciones básicas, diccionarios, etc.
Mindo, por ejemplo, es una aplicación que sirve para generar ideas y fomentar la creatividad de los estudiantes. Funciona con todas las plataformas. Para las matemáticas se puede utilizar Operation Math, que convierte a los alumnos en espías que deben resolver problemas, o Sushi Monster, que genera problemas aritméticos que deben solucionar.
Las computadoras se han vuelto elementos necesarios en la educación. “Deben tener una buena memoria, ser del tamaño adecuado para el niño y que sea compatible con los programas que se deben usar”, indica Puente. Microsoft y Apple tienen computadoras portátiles con una interfaz amigable no solo con los niños sino con el usuario en general.
Recomienda que en el momento de comprar una computadora para los hijos se asesoren con una persona experta. Deben saber cuál será el uso de la computadora, cómo asegurarla para evitar pérdidas y cuál es el mantenimiento básico.
Finalmente, una ‘flash memory’ será imprescindible. Con la cantidad de información digital que se maneja, los estudiantes requieren una forma de trasladarla de un lugar a otro. Existen memorias desde 2GB hasta discos duros de más de 1 TB. Todo depende del uso que el alumno vaya a darle. Estas últimas están incluso en las listas de útiles aprobadas por el Ministerio de Educación.