La ‘lista roja’ que publicó el Conea provocó una reducción en el número de ingresos en algunas universidades incluidas en ese grupo.
La Universidad Metropolitana, en Quito, por ejemplo, tuvo un descenso del 40%. El secretario general, Jorge Carvajal, explica que la cifra no lo alarma. “Somos autofinanciadas el 100% y nuestro trabajo es fruto de la autogestión”. Ante el proceso de evaluación al que tienen que someterse, explica que se invierte en investigación y en más profesores con grado de cuarto nivel y de doctorado.
En la Internacional Sek se sintió una baja en la demanda del 10% que para Alberto Tassara, director de Planificación, no es significativa. De 600 alumnos nuevos que ingresaban normalmente, este año bajó a 500.
Estar en categoría D no influyó para que este centro recibiera la acreditación. Ayer, Sergio Flores, presidente (e) del Conea, entregó el certificado. El funcionario explicó que la ‘lista roja’ mostró las condiciones en las que estuvieron las universidades al ser evaluadas, en el 2009. Pero la acreditación responde a otro proceso distinto. Este documento avala a las universidades para seguir en funcionamiento, independiente de la categoría.
En Guayaquil, los centros con baja calificación pusieron en marcha el proceso de autoevaluación. Así aspiran alcanzar la acreditación. La Universidad privada Ecotec, ubicada en la avenida Juan Tanca Marengo, norte de la ciudad, fue enlistada en la categoría E. Tras recibir el informe, su rector Fidel Márquez solicitó una revisión para salir de la “lista roja”.
Según Fidel Márquez, rector de la Ecotec, la entidad aún no cumple cinco años, requisito base para ser evaluada y acreditada. “Pero ya firmamos para la autoevaluación”.
En esta semana, alumnos, maestros y trabajadores de la Ecotec llenan encuestas de opinión sobre el pénsum académico, técnicas de investigación y calidad de los docentes.
Márquez asegura que la calificación del Conea no resultó perjudicial, al menos en los registros de alumnos. En el 2009, contaba con 1 600 estudiantes y este año subió a 2 500.
Otras entidades ubicadas en los escalones más bajos optaron por la publicidad para mantener el número de inscritos. Grandes anuncios en periódicos, promociones de carreras ligadas a las últimas tecnologías y llamativos lemas son parte de las estrategias.