Libro’ Aprendiendo a decir adiós’, del autor marcelo Rttner: Foto Captura
La buena muerte es, tal vez, uno de los conceptos con mayor despliegue entre los maestros espirituales de las distintas religiones y cultos de todos los tiempos. No solo trata sobre una posible vida extraterrenal, sino que también habla acerca del acompañamiento para quienes han perdido a sus seres queridos.
En el mejor de los casos, estas enseñanzas han sido plasmadas en las páginas de libros que con el paso de los años se han convertido en textos de consulta, independientemente de la religión que profese quien revise aquellas publicaciones.
Uno de aquellos textos imprescindibles en las etapas luctuosas es el ‘best-seller’ ‘El libro tibetano de la vida y de la muerte’, de Sogyal Rimpoché. Con sus más de 500 páginas, esta es una guía espiritual budista para entender la naturaleza del moribundo; para comprender que la muerte es un proceso que requiere ser vivido a plenitud; para saber que una partida es una oportunidad de nuevos aprendizajes.
Bajo un concepto similar fue escrito ‘El libro de la vida y la muerte’, de Osho, uno de los místicos indios más destacados del siglo XX. Como nunca antes, esta publicación recoge sus investigaciones comparativas en torno a la muerte, sobre los significados que este estado supone entre distintas culturas. Además él, quien también fue un filósofo destacado del Sur asiático, presenta métodos para superar los miedos en torno al inevitable fallecimiento.
Basado, en cambio, en los principios del cristianismo, el pastor John MacArthur presenta ‘Seguro en los brazos de Dios’, cuyo tema central es la muerte de los niños. Aquí él quiere responder a interrogantes relacionadas con lo que sucede a los más pequeños luego de su fallecimiento, o sobre las formas en las que se manifiesta la ayuda divina para los padres que han perdido a sus hijos.
Dentro de la misma línea del cristianismo, pero en este caso del catolicismo, se encasilla ‘Más allá de la muerte’, escrito por el religioso Ángel Peña. En este, el autor aborda teológicamente lo que sucede luego de la vida; resuelve cuál es el destino de quienes mueren sin haber recibido antes la ayuda de un guía espiritual. Asimismo, plantea una de las grandes interrogantes en la historia de las religiones: qué pasa con las más de 70 millones de personas de todos los credos que anualmente dejan de existir.
En una suerte de acompañamiento espiritual llega el libro del rabino Marcelo Rittner, quien en ‘Aprendiendo a decir adiós’ pone a sus lectores frente a uno de los hechos más complicados del proceso luctuoso: el dolor. En su texto, él intenta aproximarse hacia aquellos que han perdido a sus esposos, hijos, padres, etc. Pero muestra al dolor no como un hecho aislado dentro de la vida, sino como una realidad más global, que incluso puede someter a quien lo experimenta en una suerte de autorreclusión.
Así, de una manera panorámica, la muerte se expone sin limitarse a situaciones exclusivas de una religión. Es también un proceso que puede ser comprendido teniendo en cuenta diferentes antecedentes. A la postre, el misticismo de Osho o el budismo de Sogyal Rimpoché plantean cuestiones similares a las que se exponen bajo la línea del cristianismo conservador de Ángel Peña o John MacArthur. Los dioses cambian, pero en el fondo las propuestas para superar el dolor que causa la muerte terminan siendo parecidas.