La Biblia ha servido de filón parar la escritura de varios libros de autores consagrados. Foto: Archivo / EL COMERCIO
La Biblia no solo ha vendido más de 6 000 millones de ejemplares en todo el mundo, sino que ha servido de filón parar la escritura de varios libros de autores consagrados.
Uno de esos escritores es el francés Emmanuel Carrére. En ‘El Reino’ entrecruza dos tramas: su conversión al cristianismo en sus años de juventud, marcados por una relación amorosa tormentosa y el abuso del alcohol, y la historia de Pablo el Converso y de Lucas el Evangelista.
El Lucas que ficciona Carrére es un personaje que guía al lector por los primeros 100 años de la era cristiana. En esta novela también aparecen otros personajes bíblicos como Nerón, María o Josefo.
Uno de los personajes bíblicos más controversiales es Judas Iscariote. En ‘Judas’, la novela escrita por el israelí Amos Oz, los personajes entablan profundas reflexiones sobre este apóstol. ¿Qué hubiera pasado si Judas no hubiese traicionado a Jesús? Shmuel Eish, el protagonista de la novela, sostiene que en realidad Judas no traicionó a Jesús, sino que fue su discípulo más leal.
Los personajes bíblicos también han servido de condumio literario para novelas policíacas. Una de las más satíricas es ‘El asombroso viaje de Pomponio Flato escrito por el español Eduardo Mendoza.
En la novela ambientada en el siglo I de nuestra era, el detective Pomponio Flato es contratado por un joven de Nazaret para que defienda a su padre, el carpintero del pueblo, quien es acusado de la brutal muerte de uno de los ciudadanos más ricos de la ciudad.
JM Coetzee, escritor sudafricano y Premio Nobel de Literatura en el 2003, ha utilizado a Jesús, el personaje principal de la Biblia, para el título de dos de sus últimos libros: ‘La infancia de Jesús’ y ‘Los días de Jesús en la escuela’. Si bien estas novelas no tienen una referencia explícita a algún personaje o hecho bíblico las dos están atravesadas por un argumento donde siempre está presente la posibilidad de un escenario apocalíptico.
Una de las historias bíblicas más conocidas es la de Abraham, quien fue bendecido con un hijo pero al que tiene que sacrificar por orden de Dios.
Sobre la base de este pasaje bíblico, el escritor Gustavo Martín Garzo arma la trama de ‘No hay amor en la muerte’, una novela que hurga en el sacrificio fundacional de la religión judía y en el temor a Dios mantenido durante siglos.
Gustavo Garzo
En esta historia, el autor utiliza la vida de Abraham y de Isaac para reflexionar sobre el tema de la obediencia a Dios.
J.M. Coetzee
La novela del escritor sudafricano no tiene personajes bíblicos de protagonistas pero sí un ambiente apocalíptico.
Amoz Oz
En este libro los personajes reflexionan sobre la traición de Judas Iscariote a Jesús.
Emmanuel Carrére
Dos de los protagonistas de esta novela son Pablo el Converso y Lucas el evangelista.
Giorgio Agamben
Es un libro que reflexiona sobre Dios desde la teología política y la teología económica.
Eduardo Mendoza
La novela es protagonizada por un detective que defiende a un carpintero de Nazaret.