El libro ‘Viaje sin retorno’ que trae nuevas revelaciones sobre el secuestro y el asesinato de Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra se presentará este 25 de septiembre del 2019 en el Centro Cultural Benjamín Carrión. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
Una “historia íntima” del secuestro y asesinato del equipo periodístico de EL COMERCIO conformado por Javier Ortega, Paúl Rivas y Efraín Segarra, se cuenta en el libro ‘Viaje sin regreso’. El texto, publicado por la editorial Planeta, será presentado este miércoles 25 de septiembre del 2019 a las 19:00 en el Centro Cultural Benjamín Carrión.
‘Viaje sin regreso’ recoge detalles de la investigación Frontera Cautiva, un trabajo periodístico que está entre los finalistas al Premio Gabo, otorgado por la fundación creada por Gabriel García Márquez que se entregará en octubre. Además, el libro trae nuevas revelaciones sobre lo ocurrido con los integrantes del equipo periodístico que fue secuestrado el 26 de marzo del 2018 y cuyo asesinato fue confirmado por el presidente Lenín Moreno el 13 de abril del mismo año.
El periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra fueron secuestrados en Mataje, el último poblado ecuatoriano en la frontera con Colombia por el frente Óliver Sinisterra, una disidencia de las FARC comandada por Walter Patricio Arízala Vernaza, alias Guacho.
Ha pasado más de un año desde el secuestro y asesinato de Ortega, Rivas y Segarra y sus familiares aún esperan obtener respuestas de parte de los gobiernos de Ecuador y Colombia sobre lo ocurrido con sus seres queridos, cuyos cuerpos arribaron a Quito el 27 de junio del 2018 luego de ser hallados en una fosa en Tumaco.
La investigación oficial sobre lo ocurrido con el equipo periodístico de EL COMERCIO, denuncia ‘Viaje sin retorno’ presenta muchas inconsistencias. En el prólogo del libro, Catalina Botero, quien fue relatora especial para la libertad de expresión de la CIDH entre el 2008 y el 2014, sostiene que la causa del asesinato de Ortega, Rivas y Segarra “es la ausencia de institucionalidad que termina facilitando la restricción de los derechos de la población y deja que esta se convierta en parte del paisaje cotidiano en ese lugar”.
Botero denuncia que “la gran mayoría de los casos de violencia contra la prensa están condenados a la impunidad“, lo que impulsa por medio de este libro “la búsqueda de justicia, reparación y esclarecimiento”, sobre lo ocurrido con el equipo periodístico.
Además de poner en evidencia las dificultades y riesgos del periodismo en zonas de conflicto, como lo es la frontera entre Ecuador y Colombia, ‘Viaje sin retorno’ ofrece al lector la posibilidad de conocer más sobre los miembros del equipo periodístico. Lo hace con testimonios de sus familiares y del informe del Equipo de Seguimiento Especial designado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para investigar lo ocurrido.
Entre las principales revelaciones está información que asegura que existen documentos que confirman la realización de operativos militares en el área en la que los periodistas estaban retenidos, inconsistencias de las autoridades ecuatorianas contactadas por alias Guacho tras el secuestro, la problemática del cambio de negociador que se comunicaba con el disidente.
Pero, además, ‘Viaje sin retorno’ revela que no todas las autoridades ecuatorianas tenían la misma información sobre la situación del equipo periodístico y que no se siguieron protocolos establecidos cuyo fin es propiciar la seguridad de periodistas.
La mirada íntima a la vida de los periodistas también se da gracias a una la serie de dibujos de Alberto Montt, quien también ilustró la portada del texto. Estas también recuerdan el momento en el que se conoció que el equipo periodístico había sido asesinado y recoge el testimonio de un desmovilizado, el momento en el que el presidente Lenín Moreno confirmó el asesinato y cómo se necesitó de dos meses para que equipos forenses puedan rescatar los cuerpos.
En los dibujos se revela que para Efraín Segarra era importante la presentación personal, que no dudaba en atender cuando “el deber” lo llamaba, que en su camioneta sonaba constantemente la salsa, que en su última publicación de Facebook contó que iba a San Lorenzo.
Paúl Rivas amaba viajar y heredó su amor por la fotografía, pasión que solo competía con el fútbol en su vida, de su padre. El cómic de Montt recorre los últimos momentos que pasó junto a su novia, Yadira Aguagallo, a quien- ya a bordo de la camioneta en la que haría su último viaje- le dijo que busque un diseño de tatuaje para hacérselo juntos, como una especie de lazo.
De Javier Ortega, el cómic revela que era un lector asiduo y un reportero metódico que coleccionaba los apuntes y notas que había hecho para sus trabajos periodísticos desde la universidad, que quería ser profesor y escribir un libro sobre la vida de su padre, Galo Ortega, quien ahora participa en competencias atléticas luciendo una camiseta con los rostros de los tres periodistas asesinados.
Lo hace para que la ciudadanía no los olvide, un propósito que se comparte con la publicación de este libro, cuyas regalías de los autores se destinarán a una beca para investigación periodística en la frontera entre Ecuador y Colombia.