Pascual Yépez Morocho es miembro de la Academia Nacional de Historia del Ecuador. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO.
La publicación del libro ‘Proceso y desafío de recuperar la memoria histórica del pueblo indígena en el siglo XXI’ es el resultado de cuatro años de investigación por parte de Pascual Yépez Morocho.
El libro ahonda en los saberes y conocimientos tradicionales, a escala local y nacional, en el contexto de la globalización, con la idea de proponer otras maneras de resolver la actual crisis social y humana.
Nacido en el pueblo Puruwa, en Chimborazo, Yépez se ha desarrollado como experto en saberes ancestrales, conocimientos tradicionales desde la cosmovisión andina-Amazónica, investigador de interculturalidad y plurinacionalidad, emprendedor y promotor cultural y patrimonial.
El libro, explica Yépez, se desarrolla a partir de la idea de que la historia, memoria y saberes de los pueblos y nacionalidades del país “no han sido visibilizados en la historia”.
En la primera parte del libro, el autor centra su atención en el origen y desarrollo de la nación Puruwa, más allá del actual concepto de Estado-Nación. Cuenta sobre aquellos territorios ocupados por los pueblos originarios y que se extendieron en las provincias de Chimborazo, Bolívar, Cotopaxi y Tungurahua.
En la segunda parte de la investigación, el autor reflexiona sobre la posibilidad de volver a integrar esta “gran nación andina latinoamericana, ahora dividida en provincias”. Una reintegración, asegura el autor, que sería posible a través de elementos culturales y simbólicos como la gastronomía, vestimenta, ciencia, tecnologías, costumbres y tradiciones, que “permite identificarnos como pueblos hermanos”.
Según el investigador, las condiciones sociales, políticas y económicas de la modernidad “están conduciendo a la sociedad a la extinción humana”. En ese contexto, propone como alternativa la recuperación de las costumbres familiares y comunitarias, que permiten reforzar el tejido social.
Yépez se apropia de conceptos que provienen de la gastronomía, historia, etnografía y de los propios saberes y conocimientos ancestrales para apuntalar sus ideas.
La publicación cuenta con el aporte de taitas, mamas, niños y adolescentes de diferentes pueblos y nacionalidades indígenas de la Sierra centro, quienes a través de sus experiencias y luchas han nutrido el contenido de la obra.
En el campo académico, el autor asegura que este trabajo editorial pretende ser un aporte dentro del campo de la diplomacia y las relaciones internacionales e interculturales, cuya investigación pretende extender hacia otros territorios y nacionalidades.
Sobre la obra, Hugo Quiroz, presidente del Parlamento Andino, destacó la idea de rescatar la historia, memoria y conocimientos ancestrales, como un espacio para el reconocimiento de la identidad, a través de un estudio local que se extiende a lo universal.
El director de la Academia Diplomática del Ministerio de Relaciones Exteriores, Alejandro Suárez, subrayó la importancia del estudio en una época en la que el avance de la tecnología y la globalización alienta la revalorización de lo mítico y lo ancestral, como elementos de base para trazar un camino hacia la identidad.