Integrantes de la Asociación de Mujeres Pulinguí leen juntas el libro con sus cuentos. Foto: Cristina Márquez / EL COMERCIO
Las historias que antaño los abuelos compartían con sus nietos en las comunidades indígenas de Chimborazo hablan de valores como la solidaridad, el amor, el compromiso, el trabajo y las consecuencias negativas de no hacer lo correcto.
El libro ‘Cuentos Andinos’ recopila 11 relatos contados por ancianos de Calshi, Pulinguí, Cajabamba, Baldalupaxi, y otras siete comunidades indígenas. Esta iniciativa es parte del proyecto de rescate cultural que emprendió la Corporación de Turismo Comunitario de Chimborazo (Cordtuch).
“El objetivo es recuperar las historias de nuestros abuelos que ya se están perdiendo. Estos cuentos están llenos de sabiduría y buenos consejos para los niños, y sobre todo forman parte de nuestra identidad cultural”, dice Olmedo Cayambe, gerente de Cordtuch.
En cada relato intervienen personajes populares de los pueblos, animales sagrados y personajes míticos andinos como el cóndor que se convirtió en hombre para enamorar a una mujer de Nizag, en Alausí.
También hay historias sobre la convivencia con lobos, conejos, curiquingues… y otros relatos sobre el matrimonio, el arado, los tejidos en telares y la vida en las haciendas. Todos los cuentos tienen tintes de comedia y misterio, pero a la vez incluyen consejos para los más pequeños.
Mercedes Carpitero es parte de la Organización de Mujeres de Pulinguí Razcuñan, y colaboró en la recopilación de las historias. Ella recuerda que su abuela Vicenta Santiago le contaba cuentos después de la merienda. “No me importaba quedarme por largas horas escuchándole. No me importaba el sueño, sus historias eran cada vez más interesantes y me intrigaba conocer el final”, dice la mujer de 62 años. Su abuela le contó la historia de un lobo engañado por un conejo astuto, que lo culpaba de los daños que causaba en los huertos.
El cuento hace reír a las 30 mujeres que se reúnen cada semana para tejer en el centro comunitario, pero los jóvenes y los niños de la comunidad las consideran inverosímiles. “Mis hijos no quieren escuchar los cuentos. Dicen que los animales no hablan y que prefieren las historias del cine y las que ven en sus teléfonos, por eso ya no las contamos más”, cuenta Carpintero.
El libro precisamente busca recuperar el interés de las nuevas generaciones por los cuentos que relataban sus mayores, y asegurar la preservación de su identidad. Por eso se escogieron las historias más representativas de cada comuna.
En el proceso intervinieron los ‘taitas y mamas’ (hombres y mujeres considerados sabios), redactores, estudiantes de la Universidad Nacional de Chimborazo que aportaron con sus ilustraciones y los asistentes a una serie de talleres de revitalización cultural.
El libro también se usa para entretener a los turistas que visitan las comunidades que forman parte del proyecto de turismo comunitario. Los guías nativos comparten las historias con los visitantes durante las noches culturales, un servicio incluido en el tour.