En Botsuana se han encontrado cinco leonas hembras con melena larga y altos niveles de testosterona. Foto: www.wilderness-safaris.com
Los leones machos desarrollan una melena larga que rodea su cabeza una vez que llegan a una edad adulta. A las leonas, por lo general, se las identifica por su pelo corto. Pero esta regla podría tener su excepción, según publicó el pasado 24 de septiembre de 2016 en un estudio la revista African Journal of Ecology.
En Botsuana (sur de África), científicos han descubierto cinco leonas con melena larga, cuyo comportamiento dentro de la manada se asimila al de los ejemplares machos. Geoffrey D. Gilfillan, autor del estudio e investigador de la Universidad de Sussex (Reino Unido), estudió a una de las leonas llamada SaF05.
El científico descubrió que la leona marca su territorio, emite rugidos e intenta montar a otras hembras, según informa la revista Scientific American. Aunque marcar el territorio y rugir no son comportamientos únicos de los ejemplares machos, el investigador explica que no son tan frecuentes en hembras. Sin embargo, SaF05 lo suele hacer de manera habitual.
En abril de 2013, Simon Dures, de la Sociedad Zoológica de Londres, describió en su blog que las hembras de melena larga encontradas en Botsuana tienen genitales femeninos. Las especulaciones de la comunidad científica apuntaban a que las leonas podían ser hermafroditas. Sin embargo, Dures apuntó que no existe evidencia de un pseudopene que les dé esta condición.
El nuevo estudio de Gilfillan da una nueva explicación al por qué de este fenómeno. Según el investigador, la diferencia en el comportamiento y la apariencia de estas leonas se debe a niveles altos de testosterona que desarrollan durante la adultez.
Esta hormona es la principal causante del crecimiento de pelo en la cabeza en los leones macho. Los ejemplares que por alguna razón son castrados pierden su cabello con el pasar del tiempo.
“Aunque estas hembras son aparentemente infértiles, tienen una vida larga y saludable. Desde una perspectiva conservacionista, no hay elementos para sugerir que este patrón aumenta o que algún día será algo más que un fenómeno local poco común”, asegura Gilfillan a Scientific American.