El legado de Guayasamín, desde sus espacios íntimos

La Casa y la Capilla del Hombre atienden todos los días, de 10:00 a 17:00. Los domingos el ingreso es gratuito. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO.

La Casa y la Capilla del Hombre atienden todos los días, de 10:00 a 17:00. Los domingos el ingreso es gratuito. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO.

La Casa y la Capilla del Hombre atienden todos los días, de 10:00 a 17:00. Los domingos el ingreso es gratuito. Foto: Alfredo Lagla/ EL COMERCIO.

Ingresar a la Casa Museo de Oswaldo Guayasamín y a la Capilla del Hombre es trasladarse a los últimos años del artista indígena más destacado del siglo pasado para conocer su inspiración, dónde pasó sus momentos de ocio y qué proyectos dejó inconclusos tras su deceso.

En su casa, ubicada en la loma de Guangüiltagua, se conservan aún los pinceles que usaba en su taller para sus creaciones pictóricas, al igual que sus trajes, libros y colecciones personales de arte precolombino, colonial y contemporáneo.

Su casa tiene la forma arquitectónica exacta de su primer cuadro. Esta obra se exhibe en uno de los principales corredores de la casa.

Sus pasillos están llenos de objetos que compró en sus viajes. Entre los más llamativos están dos réplicas de los soldados de Terracota y tres sillas manteñas, las cuales se exhiben junto a Cristos y Vírgenes talladas.

En su recámara se observa la cama del maestro, acompañada de su colección de figuritas eróticas precolombinas, su ropa en el vestidor, trajes, calcetines y camisas de trabajo manchadas de pintura.

Frente a la casa está la Capilla del Hombre, su último proyecto. Una de las primeras obras que allí se exhibe es Los Mutilados, que se refiere a la Guerra Civil en España, en la época del franquismo. Esta pieza -compuesta por seis cuadros- forma un sinnúmero de composiciones, en relación con las muertes en aquel régimen.

Otra obra llamativa es Rostros de América, que en su idea original fueron 20, pero el artista solo acabó la mitad y el resto los dejó en forma de boceto, en acuarela.

Entre la casa y la Capilla del Hombre está el Árbol de la Vida, donde reposan las cenizas de Guayasamín enterradas en una vasija de barro.

Berenice Guayasamín, hija del artista, anticipó que desde el próximo 6 de julio se iniciará una serie de eventos en varios países para celebrar al primer centenario del natalicio del pintor. Según ella se lanzarán libros, habrá exposiciones itinerantes en Ecuador, Argentina y Chile y hasta se emitirá un video en dibujos animados.

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