La Platea se encuentra ubicada en las calles Francisco Salazar y Coruña esquina. La atención es de lunes a jueves, de 11:00 a 22:00 y los viernes y sábados de 11:00 a 23:00. Foto: Vicente Costales/EL COMERCIO
Desde hace cuatro meses los socios de La Platea –Pablo Alomía, Andrés Torres y Diana Escalante– vienen trabajando en un espacio que se considera la primera plaza de Food Trucks del Ecuador.
El viernes 24 de junio se realizó la pre apertura de La Platea con un evento que contó con Dj y una exposición de fotografías de Bryan Torres y danzas afro ecuatorianas.
A partir del sábado 25 la plaza, ubicada en la esquina de la Francisco Salazar y Coruña, estará abierta al público. Con 10 camiones adecuados en diseño y cocina la oferta del espacio marca la diferencia pues ninguna de las propuestas culinarias se repite.
Sushi, comida libanesa, alitas, sánduches, comida mexicana, arepas, ceviche y mote son algunas de las opciones que se puede degustar.
Los restaurantes pusieron a prueba sus menús con picaditas que circulaban entre los invitados para que degusten las opciones. Foto: Vicente Costales/EL COMERCIO
Para Andrés Torres, socio, La Platea nace con la idea de fusionar gastronomía, arte, diseño y cultura. “No es solo comida, queremos aprovechar de la tendencia y brindar un espacio ameno”.
Por eso, al centro de todos los camiones se encuentra un patio de mesas largas creadas con pallets, sillas de metal y cojines con estampados que ambientan el lugar y permiten a los comensales sentarse entre extraños y conocidos. Juegos vintage, lámparas creadas con botellas de vidrio y un techo elaborado con barriles muestran el estilo industrial del lugar.
Restaurantes con locales propios como Alitas Benditas, Arepas Serafina y Urko han adaptado sus menús apara entrar en el movimiento de Food Trucks. Para Daniel Maldonado, chef y propietario de Urko, lo primero fue pensar en los productos y ver cómo se podrían elaborar en los camiones.
El platillo estrella del restaurante encajó en estilo de sánduche; ofrecen cochinillo en salsa dulce con naranjilla o sánduche de lomo curado en mostaza. Maldonado buscó que no se pierda la esencia del restaurante y adecuó el camión para que se pueda ver la cocina desde varios ángulos como en el restaurante original.
Para otros gastro-emprendedores esta es la primera experiencia. Tal es el caso de Wabi Sabi, un camión de comida japonesa quienes iniciaron con un carrito de comida universitario y ahora tienen un espacio en La Platea.
Al centro de todos los camiones se encuentra un patio de mesas largas que ambientan el lugar y permiten a los comensales sentarse. Foto: Vicente Costales/EL COMERCIO
Una de las opciones que más llamó la atención la noche de la pre apertura fue Al Ariss, comida libanesa. Shariff Ariss, propietario, consideró innovador este estilo de cocina para un Food Truck y se unió a la Platea después de trabajar dos meses en sus recetas que son fusión de la herencia familiar y sus creaciones.
Para él la cocina libanesa no es tan popular en la ciudad y considera que estar con el camión por las calles no sería idóneo. “El sistema de los permisos no está totalmente planteado. En cambio así (en La Platea) podemos dirigirnos a un segmento específico de público”.
En la primera noche de actividad los restaurantes pusieron a prueba sus menús con picaditas que circulaban entre los invitados para que degusten las opciones. Algunos detalles faltaron todavía por ultimar, como la presencia de dos camiones más que no lograron oficializarse con el evento.
Así mismo, los tiempos de espera para ciertas preparaciones tomaron más de lo esperado por los clientes; considerando que parte de la esencia de los Food Trucks es la comida al instante la precisión en el tiempo es clave para los comensales y los cocineros en la nueva plaza.
Aún así, La Platea hace que los emprendimientos culinarios sobre ruedas encuentren un lugar idóneo donde estacionarse. Para que el público pueda disfrutar de ambiente y comida en un solo lugar.